Primavera en la Guerra de los Balcanes. Esquivando granadas, balas y cohetes, cada día el lechero Kosta (Emir Kusturica) atraviesa el frente en burro para llevar su blanca mercancía a los soldados. Con la única protección de un paraguas y un halcón que parece advertirle de los peligros mayores, bendecido por la suerte en su misión –todos los proyectiles están a punto de alcanzarle pero ninguno lo tumba– y amado por una hermosa aldeana, a pesar del violento entorno un futuro apacible parece esperarle… Sin embargo, la llegada de la arrebatadora y misteriosa Bride Nevesta (Monica Bellucci) dará un vuelco a su vida. Mujer de rompe y rasga que huye de un pasado turbio, la italiana ha sido comprometida contra su voluntad con un héroe local. Pero…
La mecha está encendida y el fuego a punto de llevarse todo por delante como sucedía en las grandes tragicomedias. Porque mucho poso del cine italiano de los 50 tiene esta historia de amor prohibido y apasionado que, entre inteligentes toques de humor e imágenes de enorme impacto y creatividad marca de la casa Kusturika, nos instala en una sucesión de aventuras que discurren entre lo onírico y lo real. Entre el bálsamo del sueño y la sordidez de un mundo que se despedaza.
Es igual, Kosta y Nevesta a lo suyo. El destino los ha unido, y nada ni nadie parece poder detenerlos.
Habla el director
Palma de Oro en Cannes, León de Oro en Venecia… Ganador de casi todo desde que, aún estudiante en la Academia de Artes Escénicas de Praga, obtuviese eco y reconocimiento con su cortometraje Guernica en 1978, Kusturika (también músico y arquitecto) no desaprovecha ocasión para lanzar a todos los vientos su pasión por lo que hace.
«Para mí, el cine sigue siendo una experiencia y un trabajo tan intenso como la primera vez. Lo increíble del cine es que nunca se sabe nada; es como empezar de cero. Me hacía ilusión llegar a este nuevo punto con En la Vía Láctea. He dirigido un cuento de hadas moderno y, al mismo tiempo, ha sido tan emocionante como todas las películas que he realizado. En esta película descubrí la belleza y descubrí mundos intensos, humanos. En la Vía Láctea nace de numerosas capas de mi propia vida. Si tengo que comparar mi cine antes y ahora, ahora presto mucha más atención a los orígenes. En diferentes momentos de mi vida, el cine ha convivido con otras artes: literatura, pintura, etc. Esta vez fui muy directo al crear una película dentro de la pureza del lenguaje cinematográfico. Durante la creación de esta película mi vida giró en torno a ella. Fue un largo proceso y mi manera de rodar se ajustó a mi filosofía y mi relación con la naturaleza y lo que sienten realmente las personas con respecto a la vida. Se trata de una historia muy sencilla cuya realización supuso un gran reto físico y resultó más complicada de lo que pueda parecer. Rodamos durante mucho tiempo, luchando contra el entorno, filmando sobre todo en exteriores, puesto que yo buscaba paisajes que capturasen el profundo interior subyacente de los personajes principales: un hombre y una mujer que se enamoran y están dispuestos a sacrificarse en la naturaleza».
Bella Bellucci!
Bellísima en todos los sentidos. Lo del físico es obvio, pero ahí está, además, su simpatía y una sencillez de antidiva que cautiva. Lo dicho, Monica Bellucci, nadie diría que ha cumplido los 52, se mueve y responde con una apabullante naturalidad ante los periodistas. «En la Vía Láctea ha sido un regalo para mí. Trabajar con Emir Kusturika como actor y director fue realmente una aventura maravillosa. Hace mucho tiempo que no percibía esa forma de hacer cine total. Él lo hace siempre así ya sea una comedia, un drama, un musical… creo que solo un cineasta como Fellini lograría que me sintiera tan dichosa a sus órdenes».
«Mi personaje en esta película tiene muchos matices y eso es magnífico para una actriz. Es la mujer total, la que nutre a la tierra y al hombre. La mujer-madre-tierra que encarna el espíritu de sacrificio, de protección, de renuncia, pasión, protección y fortaleza a prueba de bombas, nunca mejor dicho (y sonríe la actriz al darse cuenta del doble sentido de sus palabras). La mujer impredecible que pasa de la fragilidad propia de una niña a la defensa de la verdad de una pantera. Y a mí me gusta sentirme una pantera».
Y como guinda una reflexión sobre el paso del tiempo: «Sobre todo las mujeres tenemos un temor irracional al paso del tiempo. Queremos retener la perfección, la supuesta perfección de la juventud, sin darnos cuenta de que entonces éramos imperfectos. Los años de la juventud pasan y es en la madurez cuando atesoramos mayor atractivo y sensualidad. No me canso de repetir que la belleza es siempre madura pues tiene que ver mucho más con el cerebro y con la experiencia que con la tersura de la piel».
Bellucci-Kusturika, Kusturika-Bellucci, una pareja con la que es más que aconsejable penetrar En la Vía Láctea.
Dirección: Emir Kusturika
Guion: Dunja Kusturika, Emir Kusturika
Intérpretes: Monica Bellucci, Emir Kusturika, Sloboda Milacovic, Predrag Manojlovic, Sergej Trifunovic
Fotografía: Martin Sec, Goran Volarevic
Música: Stribor Kusturika
Serbia, Reino Unido, Estados Unidos / 2016 / 118 minutos