La película cuenta la historia de la bellísima Jagna, una joven de familia humilde obligada por su familia a casarse con un autoritario terrateniente mucho mayor que ella. Su triste destino, en el pequeño pueblo de la campiña polaca en el que vive, parece señalado por el hecho de estar enamorada y mantener una relación secreta con el hijo del vejestorio con el que tiene que casarse.
Con el tiempo, Jagna se convierte en el centro de las envidias y el odio de todos. A partir de entonces deberá luchar por mantener su independencia en un lugar marcado por las habladurías y las disputas vecinales, las estrictas reglas derivadas de una tradición anclada en la incomprensión y un profundo e inamovible patriarcado.
Responsables de dirección y guion, el matrimonio Welchmann vuelve, como lo hizo en 2018 con Loving Vincent, a cautivarnos con un producto cinematográfico de altura. En nombre de la tierra se rodó en primera instancia con actores en escenarios reales para después ser pintada al óleo, fotograma a fotograma, por más de cien artistas en estudios de Polonia, Serbia, Lituania y Ucrania inspirados en diferentes artistas y estilos pictóricos, especialmente preimpresionistas, de finales del XIX y principios del XX.
El resultado nos sumerge en la compleja atmósfera de la novela Los campesinos, del escritor polaco W.S. Reymont, que recibiría el Nobel en 1924 por sus detalladas descripciones de los personajes y la atmósfera de la vida rural de su tiempo.
Al referirse a lo que la animó a encarar el reto de esta película, Dorotea Kobiela comenta: “La novela retrata la vida en una aldea campesina de Polonia, pero es fácil deducir que lo que se cuenta podía ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento. Además, me parece que los problemas que aborda son todavía actuales, cuestiones con las que luchamos hoy en día, porque el autor radiografía la condición humana: tanto los aspectos buenos, como los más oscuros de la gente ordinaria con la que nos cruzamos todos los días. Me interesó mucho el planteamiento sobre las desigualdades entre hombres y mujeres. Las mujeres condenadas por el patriarcado y sus reglas, donde las mujeres también se vuelven contra otras mujeres; el acoso. Son cosas que lamentablemente todavía ocurren hoy en día, por lo que mostrar estas cuestiones y a estas personas en la gran pantalla podría cuestionarnos si hemos cambiado o no, y cuanto, en estos últimos 120 años”.
Candidata por Polonia al Óscar, En nombre de la tierra es, en definitiva, una atractiva propuesta sobre el deseo femenino, la pasión, la ruptura de lo establecido y la lucha frente a las imposiciones sociales.
En nombre de la tierra
Dirección y guion: Dorotea Kobiela Welchman y Hugh Welchman
Intérpretes: Kamila Urzedowska, Robert Gulaczyk, Miroslav Baka y Sonia Mietielica
Director de animación: Pior Dominiak
Fotografía: Rudoslaw Ladczuk, Kamil Polak, Szymon Kuriata
Música: Lukasz Rostkowski
Polonia, Serbia, Lituania / 2023 / 114 minutos
Discribución: Karma Films