Alan Clay es un empresario estadounidense que, huyendo de la recesión, se traslada a Arabia Saudí con el objetivo de ampliar horizontes profesionales. Dicho así parece que su decisión es la correcta, pero en realidad Clay, al cambiar de continente, cultura, clima y relaciones, está echándole un órdago a la vida. A una vida, la suya, que presenta grietas por varios de sus costados.
Ni ha conseguido, pese a las apariencias, triunfar profesionalmente, ni su familia es el bloque afectivo que le gustaría, ni… Por lo que ese traslado a la otra parte del mundo es una apuesta casi a la desesperada por evitar la hipoteca de su casa americana, asumir los costes de la universidad de su hija y, a fin de cuentas, lograr el reconocimiento de quienes le rodean.
Reinventarse o claudicar
Su misión no es nada fácil porque el objetivo es convencer al rey árabe, un individuo que no acaba de aparecer, de que tiene que poner sus dineros en la compra de unos hologramas que revolucionarán los sistemas de comunicación de su país.
Como explicó en la presentación del filme el propio Tykwer, «hablamos de reinvención, de la oportunidad de reinventarse. El protagonista intenta salvar todo lo que es y tiene, yendo a un lugar del que no sabe nada, a una ciudad en el desierto que todavía no existe, para vender algo de lo que no conoce demasiado, porque hasta entonces se dedicaba a la venta de bicicletas, a alguien que no acaba de saber si va a venir».
Tom Hanks aporta credibilidad al asunto y en su sudor percibimos la angustia de tantas personas atrapadas en esa edad en la que profesionalmente todo parece volverse en contra. Esas generaciones que, pasados los cincuenta, son demasiado jóvenes para jubilarse y demasiado mayores para empezar nuevos proyectos.
En ese viaje más emocional que físico -aunque el protagonista deba coger aviones que lo trasladen a la otra parte del mundo- cobra fuerza la propuesta de esta película que en realidad nos habla, relajando el tono para no cargar las tintas y que la cosa quede en una comedia que se apoya en el humor para hablar de un verdadero drama, de la situación de tantas personas a las que la crisis y la globalización las han llevado a correr hacia ninguna parte, cuando no hacia callejones sin salida.
Pero las tribulaciones de Clay, y ese es otro de los mensajes que la película transmite, también albergan una nota positiva, pues nos hacen ver que las segundas oportunidades forman parte de la vida.
Dirección: Tom Tykwer
Guion: Tom Tykwer (Basado en la novela Un holograma para el rey, de Dave Eggers)
Intérpretes: Tom Hanks, Sarita Choudhury, Alexander Black, Ben Whishaw, Tom Skerritt
Fotografía: Frank Griebe
Música: Johnny Klimek y T. Tykwer
Estados Unidos / 2016 / 97 minutos