¿Y si lo que captó la atención mundial ese histórico 20 de julio de 1969 no fue más que una artimaña política al servicio de un país desgastado por la guerra de Vietnam que no podía permitirse el segundo puesto en la lucha por la supremacía espacial? La evidencia fotográfica, las muestras de rocas lunares, el equipo científico instalado en la superficie lunar y los datos obtenidos en misiones posteriores han confirmado la autenticidad de la misión, sin embargo, ya se sabe, las teorías conspirativas dan mucho juego. Y ese es el punto de partida de Fly me to the moon, una comedia entretenida y colorista dirigida por Greg Berlanti en la que Scarlett Johansson encarna a una publicista capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir su propósito.

Su éxito, en este caso, pasa nada menos que por “vender la Luna”, es decir, desarrollar toda una campaña de comunicación y publicidad en torno a la NASA. Un encargo que parte del mismísimo presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. En un primer momento, el objetivo es captar la atención de los medios para atraer la simpatía de los ciudadanos, los políticos y las marcas comerciales y contar no sólo con su beneplácito sino también con los fondos necesarios para llevar a cabo la misión. Una labor en la que esta especie de publicista/periodista con un misterioso pasado se mueve como pez en el agua hasta que el encargo va más allá: recrear el aterrizaje en un plató de televisión para emitirlo si la misión fracasa. Es entonces cuando los escrúpulos, ausentes hasta ese momento, empiezan a surgir.

Y en esta trama publicista con reminiscencias a Mad Men no falta una buena dosis de edulcorante que nos recuerda a las comedias románticas del Hollywood de los años 50, 60: el idilio que la protagonista vive con el director del lanzamiento del Apollo 11, interpretado por Channing Tatum. Dos guapos muy guapos que consiguen el buscado efecto cómico por lo contrapuesto de su carácter: ella, sonrisa permanente, vivaz, pícara; él, serio, responsable, honrado; ella, ingeniosa; él, ingenuo.

Destaca Woody Harrelson, emisario de la Casa Blanca que, desde la sombra, hará todo lo que tenga que hacer para que la misión sea un éxito aunque resulte un fracaso. Excelente también Jim Rash en el papel de director de cine con guiños al hecho de que en su momento se involucrara a Stanley Kubrick con la filmación del falso alunizaje.

130 minutos que no llegan a pesar al espectador, le sacarán más de una sonrisa, puede que alguna carcajada y quizás hasta cierta nostalgia romántica.


Fly me to the moon. Director: Greg Berlanti. Guion: Rose Gilroy. Protagonistas: Scarlett Johansson, Channing Tatum, Anna García, Woody Harrelson y Jim Rash. 132 minutos. EE.UU.

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