En 1942, Alfred Wetzler y Walter Rosenberg fueron deportados desde su Eslovaquia natal al campo de exterminio que los nazis habían instalado en mayo de 1940 en la población polaca de Oswiecim, al oeste de Cracovia. A aquel lugar, denominado Auschwitz por los alemanes, fueron enviadas un millón trescientas mil personas de las que un millón cien mil nunca regresaron.
“Mas bajo no puede caerse, una condición humana más miserable no existe”, definió uno de sus reclusos, el escritor Primo Levi, sobre la vida en aquel recinto que sería al fin liberado el 27 de enero de 1945. Hasta entonces, escapar de aquella pesadilla era prácticamente imposible. Sin embargo, el 10 de abril de 1944, después de un año de planificación meticulosa, Alfred Wetzler y Walter Rosenberg (que más tarde cambió su nombre a Rudolf Vrba) lograron eludir muros, alambradas electrificadas y el férreo control de los vigilantes y sus perros de presa. En condiciones deplorables iniciaron un viaje de regreso a Eslovaquia mientras, en el interior del campo, los compañeros que conocían su odisea se mantenían firmes frente a los alemanes que los torturaban para que diesen detalles de la fuga.
Tras permanecer varios días escondidos en unos troncos vacíos, Alfred y Walter llegaron a la población eslovaca de Zilina y contactaron con la Cruz Roja y con el Consejo Judío de la ciudad. Habían salvado numerosos obstáculos, pero acaso ninguno tan grande como la dificultad inicial de que sus testimonios fueran tomados como verdaderos, pues quienes los escuchaban no podían asumir que tales atrocidades estuvieran produciéndose. Lo que contaban era demasiado cruel para ser tenido como cierto.
El informe de Auschwitz, la película del escritor y realizador eslovaco Peter Bebjak, que adapta a la pantalla el libro Escape from hell del que es autor Wetzler, uno de los fugados, narra aquella heroica odisea que permitió que más de 120.000 personas se libraran de la deportación hacia una muerte segura.
Las 32 páginas del informe escrito por Wetzler y Vrba aportaron una meticulosa descripción de la geografía y la administración del campo y detallan los horrores que allí dentro se vivían. El documento se tradujo a numerosos idiomas y fue ganando la confianza de los políticos europeos. Respondiendo al relato, Hungría decidió abortar sus traslados a Auschwitz, salvando así la vida de miles de inocentes. El informe también fue utilizado en 1945 en los juicios de Nuremberg.
Al comentar las razones que le llevaron a rodar esta historia, Bebjak comenta: “En toda Europa, cada vez más gente está apoyando los partidos con tendencias fascistas. Los extremistas y sus simpatizantes están ganando terreno progresivamente. Quedarse callado en una época en la que se están atacando los derechos humanos es como apoyar a los que atacan. No podemos permitirnos repetir los pecados de nuestros antepasados. Por eso es necesario contar las historias de los errores de la humanidad. Hagamos más películas como Hijos de Saúl o La Lista de Schindler. Hagamos más cine que impida que olvidemos. El mundo necesita héroes. Necesitamos ver historias de personas de carne y hueso que arriesgaron sus propias vidas para salvar a miles de iguales. Esto nos da la esperanza de que gracias a este tipo de gente el mundo puede llegar a ser un lugar mejor”.
Rodada con un realismo que sobrecoge, al que contribuyen en sus desgarrados papeles sus dos protagonistas, Noel Czuczor y Peter Ondrejicka, El informe Auschwitz ha sido seleccionada por Eslovaquia para representar al país en los Óscar en la categoría de Mejor Película Internacional. No se puede permanecer impasible ante lo que la pantalla refleja.
El informe Auschwitz
Dirección: Peter Bebjak
Guion: Jozef Pasteka, Tomas Bombik, P. Bebjak sobre el libro Escape from hell, de Alfred Wetzler
Intérpretes: Noel Czuczor, Peter Ondrejicka, Wojciech Mecwaldowski y John Hannah
Fotografía: Martin Ziaran, ASK
Música: Mario Schneider
Eslovaquia, República Checa, Alemania / 2020 / 94 minutos
Karma Films