Jobs llega a España este viernes rodeada de un halo de negatividad debido a los antecedentes con los que se presenta. El retraso de cuatro meses en su estreno estadounidense –la idea original era hacer coincidir el lanzamiento con el 37 aniversario de la fundación de Apple– es solo uno de ellos. Uno más de los puntos en contra, entre los que destacan los cambios en el equipo que sufrió el proyecto y las críticas recibidas al otro lado del Atlántico.
Incluso el cofundador del imperio tecnológico, Steve Wozniak, se ha mostrado en contra de esta versión de la historia (pese a ser el mejor parado de todos sus protagonistas). Wozniak aseguró hace un mes, con motivo del estreno en EE.UU., que la película incluía numerosos errores. Otra de las acusaciones que se vierten sobre Jobs es el abuso que se hace de los estereotipos sobre el genio loco.
El Steve Jobs que retrata la película dirigida por Joshua Michael Stern y al que da vida Ashton Kutcher es un hombre atormentado por su propio genio, inconformista, un verdadero visionario que buscaba la perfección en todo lo que hacía, un maniático del control que manejaba a su equipo con mano de hierro. Todo tenía que hacerse como él quería y no aceptaba otro punto de vista. Su filosofía, siempre según la película, se basaba en un claro “o estás conmigo o estás contra mí”. De hecho, Kutcher llega a pronunciar estas palabras en una de las escenas.
¿Fidelidad?
A un biopic hay que pedirle fidelidad, que se ajuste lo más posible a la realidad de lo ocurrido, que guionistas y equipo al completo se documenten. Y eso es lo que principalmente se ha criticado de la película, que no es fiel. Para quien no conoce la biografía de Steve Jobs al dedillo ni es un seguidor de Apple y el mercado tecnológico, las líneas entre lo real y lo ficticio aparecerán desdibujadas.
Puede que como biopic falle, pero como película, quizás no tanto. Es decir, si el espectador consigue abstraerse del hecho de que Jobs fue un personaje real, es posible (solo posible) que logre quedarse con la historia de un genio atormentado por su constante ir contracorriente, un artista amante de la belleza en toda su amplitud, con sus dramas personales, su soledad y un ego desproporcionado. A ratos, Ashton Kutcher convence, aunque, para ser un adulto, las lágrimas afloran con demasiada facilidad en sus ojos.
Destacado Josh Gad
En cuanto al resto, más que Kutcher, quien realmente destaca sobre todo el reparto es Josh Gad, que interpreta a Steve Wozniak, alias WOZ, amigo de siempre de Jobs y con el que construyó ese primer Apple en el garaje de sus padres.
Jobs recorre la vida de su protagonista desde 1971 hasta su regreso dos décadas después a Apple. De sus paseos por el campus universitario tras abandonar las clases hasta que los directivos tuvieron que pedirle, casi de rodillas, que volviese a la empresa que le habían arrebatado para reflotarla.
En resumen, puede que falle como biopic, pero no tanto como película de ficción. El problema es que es un biopic. De ahí la lluvia de críticas.
Estrenos de la semana
- Justin y la espada del valor, de Manuel Sicilia
- Rush [1], de Ron Howard
- R.I.P.D. Departamento de policía mortal, de Robert Schwentke
- Jobs, de Joshua Michael Stern
- Omnívoros, de Óscar Rojo
- Incondicional, de Brent McCorkle
- Para Elisa, de Juanra Fernández
- Thérèse D., de Claude Miller
- ¿Abandonado?, de Geppe Monrós