Un paseo por la vida de un joven Marx en exilio constante para defender un ideario. Junto a él, su mujer Jenny, quien será el pilar sobre el que se sustenta su trayectoria, una mujer revolucionaria, moderna y con un gran espíritu crítico, sin la que nada habría sido posible.

En ese marco y en esas circunstancias, la película se asoma a las complicadas andanzas de un Marx de poco más de 25 años, cuando se malgana la vida como periodista mientras bullen en su cabeza las ideas que confluirán en 1848 en la publicación del Manifiesto Comunista.

Cuatro años antes, ya exiliado en París con su esposa, a punto de ser padre y agobiado por una situación económica dura, conocerá a Friedrich Engels, un elegante joven proveniente de una familia muy acomodada que se convertirá en pieza clave para que la teoría vaya tomando cuerpo y el mundo conozca una nueva visión sociopolítica.

El movimiento

Marx y Engels, entre la censura, redadas policiales y sus consiguientes detenciones y una revueltas callejeras que van en aumento, protagonizarán el nacimiento del movimiento obrero. Una revolución que hasta entonces había sido ineficazmente organizada y que fraguará en la más decisiva transformación teórica y política del mundo desde el Renacimiento.

Bien rodada, minuciosamente ambientada y soportada por un guión de fuste, la cinta adolece de cierta desidia: le falta alma. Raoul Peck, que fuera ministro de Cultura en Haití, su país de procedencia, y presidente de la prestigiosa escuela de cine y televisión La Fémis, no logra, pese al apasionante trozo de la historia que rescata, apasionar al espectador. Y eso que los actores August Diehl, en el papel de Marx; Stefan Konarske, como Friedrich Engels, y Vicky Krieps, como una más que sobresaliente Jenny Marx, aportan actuaciones medidas y convincentes. Pero…

No obstante, El joven Karl Marx se deja ver y se agradece que nos instale más allá de esa imagen clásica de un Marx en sus últimos años, tras haber dejado para la historia El capital. Se agradece, en definitiva, que nos permita comprobar que el padre del comunismo también fue joven.