La amistad entre una cría de grajo, sí, ese negro pajarraco de voz estridente, y un niño semiabandonado es el eje de Kauwboy, segundo largometraje del holandés Boudewijn Koole. Pero no se asusten, estamos ante película que cruza con enorme dignidad ese río de lagrimones que anega las salas cuando de bichos y entregados pequeños se trata.
Kauwboy, galardonada con el Premio de la Juventud y al Descubrimiento Europeo del Año en los últimos Premios del Cine Europeo, trasciende lo facilón para salir más que airosa de berenjenales en los que no era difícil encallar.
Desolación y ternura
El relato nos habla de Jojo (deslumbrantemente interpretado por Rick Lens), un chaval de 10 años abandonado por una madre que ha idealizado pero que se ha ido, y un padre alcohólico con el que vive pero que todavía está más ausente.
Malvive el chico asumiendo, sin entenderlos, papeles de adulto hasta que se encuentra con una desvalida cría de grajo (la del pájaro, otra interpretación portentosa) a la que en secreto cuida y sobre la que proyecta sus carencias afectivas.
Contenido e intimista
La intensidad está servida en aras de un resultado contenido e intimista que dibuja algunos agujeros negros comunes en la sociedad actual: familias rotas, anónimas víctimas con cara de niños… y alguna esperanza, como la capacidad del ser humano de amar aún en las circunstancias más adversas…
Vayan a verla sin temor. Se conmoverán, en el mejor sentido, con esta historia que nos hace ver, una vez más pero de un modo sutil, emocionante, que crecer sin afecto es uno de los más duros castigos que como seres vivientes se nos puede imponer.
Pero siempre hay una luz, una puerta, un algo, -un pájaro negro incluso-, que nos da un respiro.
Kauwboy
Director: Boudewijn Koole
Intérpretes: Rick Lens, Loek Peter, Susa Radder y Cahit Ölmez
2012 / Holanda / 81 minutos