Basada en la obra de Robert Moore A time to die: the untold story of the Kursk, la película relata la lucha por la supervivencia de los 44 oficiales y 74 marineros del K-141 Kursk después de que dos fuertes explosiones sacudieran el interior del sumergible.

Sucedió en agosto del año 2000. Hoy se sabe que tras las violentas deflagraciones 23 hombres sobrevivieron. Se sabe también, y así lo cuentan las impactantes imágenes de Vinterberg, que la dramática situación tuvo al mundo en vilo. Que la negligencia de las autoridades rusas, intentando ocultar o minimizar la gravedad de la situación, llevó a los supervivientes a la muerte.

También se conocen, y así lo refleja el largometraje, los desesperados esfuerzos de los familiares de los atrapados por salvarles la vida y conocer la verdad mientras los responsables de las decisiones que hubieran podido cambiar los acontecimientos valoraban más los intereses políticos de sus superiores que la vida de quienes encontraron su fin en aquel ataúd sumergido.

Convincente reparto

Kursk está dirigida por el danés Thomas Vinterberg –La caza, Submarino–, ganador del Premio Especial del Jurado de Cannes por su película Celebración y miembro fundador del movimiento cinematográfico Dogma 95.

Se apoya la película en un reparto más que convincente encabezado por el actor belga Matthias Schoenaerts –Gorrión Rojo, La chica danesa–, la protagonista de La vida de Adele y la última película de James Bond Léa Seydoux, el ganador de un Oscar, Colin Firth –El discurso del rey, Kingsman, Servicio secreto–, y el ya mítico Max von Sydow.

Producida por Luc Besson, responsable de blockbusters europeos como Lucy o la saga Venganza, Kursk debe su guión a Robert Rodat, nominado al Oscar al Mejor Guión Original por Salvar al soldado Ryan y la banda sonora a Alexandre Desplat, responsable de las partituras de películas como Imitation Game, El escritor, El gran Hotel Budapest y La Forma del Agua, estas dos últimas ganadoras del Oscar a la Mejor Banda Sonora en 2014 y en 2018.

Concienciado y directo, Vinterberg categoriza: «El gobierno ruso dejó morir a aquellos marinos, así, literalmente. No me interesaba hablar tanto de política, de la agonía de aquella Rusia del año 2000 cuando la Guerra Fría ya había desaparecido, como de lo que alguien, un sistema, es capaz de hacer con otros seres humanos». La película lo deja claro.

https://www.youtube.com/watch?v=8iInEN56o4s