La acción transcurre casi íntegramente en el interior de la enorme cocina de The Grill, un restaurante neoyorquino ubicado en pleno Manhattan. En ese espacio, en el que se trabaja a un ritmo frenético para atender a cientos de comensales, trabajan una serie de personas procedentes de distintos países y culturas cuyo denominador común es que no cuentan con los documentos para permanecer en el país.

Esa ilegalidad los hace especialmente vulnerables. Defienden a la desesperada su puesto de trabajo en la esperanza de que su situación se resuelva. Como consecuencia, son carne de cañón para convertirse en víctimas de quienes los contratan.

Pero aún en esa compleja situación, la historia narra la poética (e inviable) relación de Pedro, un buen cocinero mexicano a quien acusan, sin pruebas, de haber robado un fajo de billetes de la caja registradora, y Julia, una camarera estadounidense que necesita dinero para un aborto.

Como ha señalado el propio Ruizpalacios, su película -en las antípodas de filmes como El festín de Babette o Delicioso que subliman los fogones- se basa en las historias y experiencias de los inmigrantes de todo el mundo que llegan a Nueva York en busca de una vida mejor y nuevas oportunidades y, al tiempo, busca denunciar el sistema de casta que todavía existe en muchas cocinas modernas.

«Empecé a soñar con esta película cuando trabajaba como lavaplatos y camarero en el Rainforest Cafe, en el centro de Londres, durante mi época de estudiante. También fue entonces cuando leí por primera vez la obra de Arnold Wesker La cocina, en la que se inspira el guion de esta película. Leer la obra al mismo tiempo que trabajaba en una cocina hizo que la experiencia fuera mucho más interesante, y las durísimas jornadas laborales más llevaderas. Me llamó la atención el complejo sistema de castas que aún sigue existiendo en las cocinas, y que son parte esencial de lo que las mantiene en funcionamiento. Al igual que ocurre con la tripulación en un barco, la jerarquía no es algo que se tome a la ligera detrás de las puertas de los restaurantes».

Muy bien acogida en la pasada edición de la Berlinale, donde competía por el Oso de Oro, protagonizan La cocina Raúl Briones, que ya había trabajado con el director en Una película de policías y la actriz Rooney Mara, que en su día fuera nominada al Óscar por su papel en Carol. La limpieza de sus miradas llena de honestidad sus interpretaciones.

La cocina

Dirección: Alonso Ruizpalacios

Guion: A. Ruizpalacios sobre la obra homónima de Arnold Wesker

Intérpretes: Raúl Briones, Rooney Mara, Anna Díaz, Oded Fehr, Motell Foster o Laura Gómez

Fotografía: Juan Pablo Ramírez

Música: Tomas Barreiro

México, Estados Unidos / 2024 / 139 minutos

Avalon