Publicada en 2009, La playa de los ahogados es la segunda aparición del inspector Leo Caldas (que nació para la ficción en 2006 a través de Ojos de agua, el primero de los libros de la serie firmada por Villar). Encarnado en la pantalla por Carmelo Gómez, que vuelve a demostrar el encomiable oficio de otras veces, Caldas cae bien en su mezcla de laconismo, hombre sin estridencias y policía que no parece tal.
Inexplicablemente atado
Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla. Lo dicho: si sus manos no estuviesen firmemente enlazadas por una cuerda, Justo Castelo, el nombre del lugareño difunto, sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Pero el océano nunca ha necesitado amarras para matar.
Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, Leo Caldas se sumergirá en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, tras no pocos ires y venires, apuntarán en direcciones insospechadas.
Pero, como sucedía en la sugerente novela de la que la trama parte, Caldas no se desespera y va escarbando en realidades y brumas que le conducen a otros tiempos. Entonces, cuando quedaron naufragios sin esclarecer, mentiras sin desvelar, verdades sin corroborar y dudas y oscuridades sobre las que nadie había arrojado luz.
Leo Caldas
En el año 2006, el escritor Domingo Villar presentaba en Ojos de agua a un inspector peculiar. Se apellidaba Caldas y era un hombre tendente a la soledad que sobrellevaba su timidez dando largos paseos por las calles y el mar de Vigo, bebiendo el vino blanco de la zona y dormitando a los sones del jazz que escuchaba en los oscuros locales de la ciudad.
Su ayudante es Rafael Estévez, un aragonés recio e irónico que no acaba de integrarse en el ambiente cerrado en el que la trama se desarrolla. Caldas y Estévez dibujan una pareja que tiene en el aparente sin norte de sus vidas su fuerza literaria… y también la cinematográfica.
Porque La playa de los ahogados, publicada como novela en 2009, rescata a estos dos personajes que vuelven, tanto en el libro como en la película dirigida por Herrero que ahora se estrena, a los silencios, los miedos y las dudas que hacen de ambos formatos, el cinematográfico y el literario, obras de atractivo.
A ello contribuyen en la pantalla Carmelo Gómez y Antonio Garrido y el tono «morriñoso» de la luz de Panxón, Vigo y A Guarda que evoca, acaso sin quererlo, la atmósfera escandinava de la que surge esta eclosión de nuevos thrillers. Sólo evoca, porque la obra que nos ocupa tiene personalidad propia y permite hablar de una nueva forma «gallega» de encarar la literatura el cine de intriga.
Dirección: Gerardo Herrero
Guión: Felipe Vega y Domingo Villar (Basado en la novela de Domingo Villar)
Intérpretes: Carmelo Gómez, Antonio Garrido, Celia Freijeiro, Marta Larralde, Celso Bugallo
Fotografía: Alfredo Mayo
Música: Lucio Godoy
España / 2015 / 96 minutos