La vida después de mi muerte

Cuando, por muy diferentes avatares, el tiempo se ha consumido y todo parece tocar a su fin para cada uno de ellos, un hombre, dos mujeres y un niño se topan con un enigmático individuo capaz de ofrecerles y añadirles una semana más a sus vidas. Ese tiempo regalado les permitirá ver cómo sería el mundo, su mundo, tras su muerte. Esta inesperada oportunidad les hará recobrar fuerzas para empezar de nuevo y plantearse el maravilloso valor de la vida.

Toni Servillo protagoniza El primer día de mi vida con la solidez que le ha hecho ganador en cuatro ocasiones del Premio David de Donatello. Como señala Genovese: “Cuando escribíamos el guion con Isabella Aguilar y Paolo Costella a partir de mi novela nos sugirieron que el mágico personaje de la película tenía que ser Servillo. Así lo entendimos, pues tenía que ser alguien que inspirase confianza e irradiase verdad y simpatía, además de un cierto misterio. Ese era Servillo, por lo que terminamos de perfilar el personaje a su medida. Está claro que acertamos en la elección”.

Le acompañan dando vida al resto de los intervinientes Margherita Buy, Sara Serraiocco y Valerio Mastrandeta. Todos ellos aportan carácter y credibilidad en unas actuaciones en las que claramente se deja ver una estudiada dirección de actores, algo que ya quedó más que demostrado en la elogiada Perfectos desconocidos de Genovese.

En relación con los motivos que le impulsaron a escribir esta historia, el director comenta que “nuestra existencia, desde que nacemos hasta que morimos, gira en torno a una serie de elecciones. Como escritor me gusta abordar el tema de las oportunidades que la vida nos da y que a veces aprovechamos y otras, no. Me gusta poner a los personajes en esos límites y en cómo esas decisiones afectan a uno mismo y a su entorno”.

De eso y con inteligencia trata El primer día de mi vida. Una película que, tras su estreno en Italia, aumenta exponencialmente cada día el número de espectadores.