Thelma perturba ya desde la secuencia inicial: En un bosque nevado, una niña mira fascinada a un cervatillo mientras su padre apunta hacia él con su rifle. Pero de pronto, el cañón de pistola gira hacia la cabeza de la niña, aunque poco después el hombre reconsidera su objetivo.
Esa niña es Thelma, a la que volvemos a encontrar como una joven y tímida estudiante en el momento en que se despide de su religiosa familia de un pequeño pueblo de la costa oeste de Noruega cuando se marcha para estudiar en la universidad en Oslo.
Ya en la capital, estando un día en la biblioteca, es víctima de una convulsión violenta e inesperada. Poco después descubre que se siente intensamente atraída por Anja, una joven estudiante que corresponde a Thelma en esta poderosa atracción. A medida que avanza el semestre la protagonista se siente cada vez más abrumada por sus intensos sentimientos por Anja (sentimientos que no se atreve a reconocer, ni siquiera a sí misma), al tiempo que cada vez sufre convulsiones más graves.
Cuando empieza a quedar claro que las crisis son un signo de sus facultades sobrenaturales, inexplicables y a menudo peligrosas, Thelma tendrá que afrontar trágicos secretos de su pasado y las repercusiones de sus inexplicables poderes.
Director de Vivir de nuevo (2006) y Oslo, 31 de agosto (2011), ambas escritas en colaboración con Eskil Vogt, las películas de Trier han sido galardonadas en los festivales de Cannes, Sundance, Toronto, Karlovy Vary, Gotemburgo, Milán y Estambul, y él, como realizador, elegido en 2013 uno de los 20 Directors to Watch por el periódico New York Times. El drama familiar El amor es más fuerte que las bombas (2015) marcó su debut en el cine en lengua inglesa y determinó su primera aparición en la competición principal de Cannes.
Hitchcock
Al hablar de Thelma, escrita también en colaboración con Vogt, apunta: «Soy un gran admirador de la forma en que Hitchcock utiliza un dilema psicológico como punto de partida para la narración. El trauma infantil de Marnie, la ansiedad y la culpa en Vertigo… Él aborda estos temas de una manera lúdica en la que yo me he inspirado. En este caso se trata de la ansiedad del cuerpo. Una joven padece convulsiones inexplicables al comienzo de la película, y los médicos y la ciencia no encuentran un motivo claro. Tuve que investigar mucho. La idea de las convulsiones psicogénicas no epilépticas es real. Estas no tienen efectos sobrenaturales, pero hay una gran cantidad de aspectos de la experiencia psicológica y somática del cuerpo humano que son difíciles de explicar. La naturaleza de la historia es casi mítica también. Trata de un padre y una hija. Trata de la incapacidad de aceptar el propio destino. Quería abordar esos temas en mi película».
En la actualidad, Trier trabaja en un documental con el escritor noruego Karl Ove Knausgård sobre el pintor noruego Edvard Munch, autor de El grito y otras pinturas dominadas por la angustia. «Sin embargo, Munch realizó también numerosas pinturas sobre la belleza, la sensualidad, la complejidad y la felicidad. Su obra aborda a menudo el tema de los jóvenes que llegan al poder y sufren en el proceso de conocerse a sí mismos».
Esos aspectos, –la aceptación de uno mismo; la asunción o el rechazo al propio destino y los imponderables que marcan las existencias individuales–, son ejes que vertebran, como en la pintura de Much, la inquietante historia de Thelma. Un relato elegantemente filmado que nos instala en la frontera de la realidad y el enigma.
Thelma
Dirección: Joachim Trier
Guion: Eskil Vogt, Joaquin Trier
Intérpretes: Eili Harboe, Kaya Wilkins, Henrik Rafaelsen, Ellen Dorrit Petersen y Grete Altervag
Fotografía: Jakob Ihre
Música: Ola Flottum
Editor: Olivier Daehli Ystehede
Productor: Thomas Robsahm
2017 / Noruega / 116 minutos
Surtsey Films