La cosa es simple: Chico-Chica y lo que entre ellos se sitúa, se interpone, se supone, se sobrepone… Es decir, una más de Allen, contada con el pulso del gran cineasta que se mueve tras la cámara para hacernos creer que las fronteras del mundo están íntimamente unidas a las fronteras que delimitan sus personajes.
El caso es que Gatsby (Timothée Chalamet aporta el físico inocente y frágil que su personaje requiere) es un estudiante de familia bien que quiere enseñarle a su novia Ashleigh (Elle Fanning da el físico semivirginal que la película necesita, habitual por otra parte en las películas del realizador) el Nueva York que conoce (que no es otro que el que el director tiene entre pecho y espalda).
Pero ella, periodista en ciernes, tiene pendiente una entrevista con el famoso cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis existencial y durante esa azarosa aventura conocerá al irresistible actor Francisco Vega (Diego Luna).
Por su parte, Gatsby también conocerá a una atractiva joven, Chan (Selena Gómez), que le ayudará a poner en orden sus sentimientos.
Lo demás es todo muy Allen y queda en el alero para no arruinar las expectativas de quienes, y harán muy bien, acudirán a la sala para disfrutar de una más de Allen y, como tal, una más que entretendrá a todos y embelesará a los incondicionales. Todo ello pasado por el agua que no cesa de caer desde el cielo de una ciudad que nunca le pagará al cineasta lo que le debe.
A todo esto, Día de lluvia en Nueva York llega a nuestro país sin que tenga garantizado su estreno en Estados Unidos como consecuencia de la denuncia de acoso sexual que pesa sobre él y que la justicia parece haber desestimado. Timothée Chalamet, el protagonista, decidió rechazar su salario y donarlo a una de las organizaciones que pelean en ese ámbito. Todo muy estadounidense.
Mientras tanto, el realizador sigue a lo suyo. «No me importaría morir en el set«, afirmó en su reciente paso por San Sebastián un Woody Allen que se mostró dispuesto a seguir detrás de la cámara mientras le quede aliento. ¡Bien!
«Me he pasado la vida haciendo películas que eran como yo quería que fueran. Con personajes que actuaran como yo quería que actuaran. Eso es perfecto. En el arte todo se puede controlar. Yo puedo hacer que todo suceda como a mí me gusta. Pero en la vida real eres víctima de la suerte, de la enfermedad, de los accidentes, de que te rechacen o te traicionen. Por eso preferiría existir en la ficción, me llevaría muchos menos disgustos». Lo dice; sonríe y, metido ya en su próximo proyecto, Woody Allen sigue a lo suyo.
Día de lluvia en Nueva York
Dirección y guion: Woody Allen
Intérpretes: Timotheé Chalamet, Elle Fanning, Liev Schreiber, Selena Gómez, Jude Law, Diego Luna
Fotografía: Vittorio Storaro
Estados Unidos / 2019 / 92 minutos