Elena (Marta Nieto) recibe una llamada de Iván, su hijo de seis años, que le dice que está perdido y sólo en una playa en Francia y que no encuentra a su padre. La batería del móvil del pequeño está muriendo al tiempo que le cuenta que un hombre se le está acercando. Esas palabras desesperadas del hijo fueron lo último que supo de él.
Diez años más tarde, Elena vive en la misma playa donde desapareció el chaval, trabaja de encargada en un restaurante y está empezando a salir de ese oscuro túnel donde lleva anclada tanto tiempo, en buena medida gracias al apoyo de su nueva pareja, Joseba (Alex Brendemühl).
Así las cosas, su vida vuelve a agitarse cuando conoce casualmente a Jean (Jules Porier), un adolescente francés que le recuerda al hijo perdido. Entre ellos surge una fuerte conexión que acabará sembrando un caótico desconcierto en el entorno de ambos.
Continuará…
De partida, el largometraje rescata la angustiosa secuencia inicial del corto pero pronto el guion, escrito a pachas entre Sorogoyen y su habitual colaboradora Isabel Peña, da un importante giro, al mostrar a una Elena por la que ha pasado una década sin que quede claro, ni para ella misma, que haya superado aquel trágico episodio del pasado.
Al explicar las razones del nuevo proyecto, Sorogoyen argumenta que tras rematar el cortometraje tuvo la sensación de que el valioso material del que disponía daba para más: “Por eso quisimos continuar la historia de Elena. No podíamos dejarla así, saliendo de su casa despavorida en busca de su hijo. Pusimos tanto esfuerzo en contar la tragedia de Elena (o el inicio de la misma) que sentíamos que les debíamos algo a esta historia y a este personaje”.
Madre, el cortometraje, insiste el director, «no va sobre la maternidad, sino sobre el miedo. Sobre cómo el miedo se apodera de nosotros sin remedio. Sobre cómo a veces ocurre lo que más tememos. Sobre cómo siempre solemos imaginar lo peor. Con miedo es imposible amar. En cambio, el odio es un sentimiento (horrible, sí) algo cercano al amor. Cercano a algo tan visceral y sentimental como una filia. Ahí nos dimos cuenta de que en realidad Madre, el largometraje, era un viaje hacia el amor. Construimos un peculiar triángulo amoroso entre Elena, Joseba y Jean, quizá algo bizarro, pero amoroso al fin y al cabo. Eso es lo misterioso (y lo maravilloso) del amor, que no responde a reglas, ni a la razón ni a la mente. Te atrapa (como el miedo) y tienes que ser lo suficientemente lúcido y valiente para mirarlo de cara”.
El tiempo necesario
Madre es una historia muy especial que describe el amor de una madre a un hijo a través del tiempo. Una madre que no se pudo despedir de su hijo y que ahora está preparada para hacerlo. Preparada porque ha pasado el tiempo necesario. Porque Joseba le ha sido de gran ayuda y porque ha aparecido en su vida Jean, un chico que hubiera podido ser su hijo.
En definitiva, y tal como lo expresa su realizador, Madre es el viaje de la oscuridad a la luz. De la muerte a la vida. De la culpa al perdón. Del miedo al amor. En el hecho de que asumamos ese trayecto, la actriz Marta Nieto se convierte, desde el primer al último plano, en esa mujer que bascula como puede en medio de un abrupto torrente de sensaciones.
Madre
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Guion: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen
Intérpretes: Marta Nieto, Alex Brendemühl, Jules Porier, Fréderic Pierrot, Anne Consigny
Fotografía: Alex de Pablo
Música: Olivier Arson
España, Francia / 2019 / 129 minutos
Distribución: Wanda Films