Una de las señas de identidad del festival es la calidad y variedad de su programación. Ha habido películas para todos los gustos. Fukushima, mon amour, la última joya de Doris Dörrie, o Yo y Kaminski, lo nuevo del director de Good bye, Lenin!, hicieron las delicias de los más cinéfilos, que pudieron charlar con sus directores.
El público más joven se dejó seducir por el ciclo La Movida Berlinesa, que culminó con una gran fiesta en el Café Berlín que fue un éxito; los más mayores disfrutaron la comedia Mi vida a los sesenta; y la proyección para escolares (con 842 alumnos) llenó las salas del Palafox. Los que acudieron a la proyección de Las tres luces, de Fritz Lang, pudieron disfrutar de música electrónica en directo para acompañar las escenas.
El público premia
Fukushima, mon amour, la película de inauguración, fue galardonada con el Premio del Público. El filme, que se estrena el 8 de julio en las salas comerciales de nuestro país, es el último viaje a Japón de la prestigiosa cineasta Doris Dörrie, que nos habla de las terribles consecuencias de la catástrofe de Fukushima a través de la amistad que entablan una joven alemana y una vieja geisha.
Las jornadas fueron completadas con las charlas que los directores e intérpretes de algunas de las películas proyectadas mantuvieron con el público asistente.
Para continuar con la experiencia alemana, la plataforma Filmin reúne una interesante selección de películas germanas que el público puede disfrutar a modo de festival online.
El certamen es una iniciativa de German Films con la colaboración del Goethe Institut y la Embajada de la República Federal Alemana de Madrid.