El realizador catalán, ligado a la llamada Escuela de Barcelona, que trajo una renovación estilística a la cinematografía española, inició su andadura como director en 1965 con el drama Brillante porvenir, que codirigió junto a Román Gubern. Dicho año firmaría también, ya en solitario, Fata Morgana, uno de sus títulos más significativos, seña de identidad de la nueva corriente catalana de cinematografía.
Cineasta de cintas comerciales, fantásticas y eróticas, como Las crueles, La novia ensangrentada y Cambio de sexo (donde abordó el tema de la transexualidad), el catalán adaptó en dos ocasiones a Juan Marsé, en La muchacha de las bragas de oro y Si te dicen que caí.
En su carrera se acercó al género policiaco, con Asesinato en el Comité Central (adaptación de la novela de Manuel Vázquez Montalbán) y Fanny Pelopaja.
Amantes, su gran éxito
En 1991 dirigiría una de sus cintas más celebradas, Amantes, protagonizada por Jorge Sanz, Victoria Abril y Maribel Verdú, que adaptaba el «crimen de La Canal», un suceso real ocurrido en Burgos en 1948. Dicha cinta le haría merecedor del Goya a mejor director, además del Fotogramas de Plata a mejor película y premios en festivales internacionales, como el de Chicago.
Tras películas como La pasión turca, Aranda reunió un potente reparto, encabezado por Ana Belén, Ariadna Gil, Loles León y, de nuevo, Victoria Abril, para Libertarias, una cinta en la que retrató a un grupo de mujeres anarquistas durante la Guerra Civil Española. Dicho filme le valdría seis nominaciones a los Goya y el premio especial del jurado en el Festival Internacional de Cine de Tokio.
En 2001, Aranda se acercó al género histórico con Juana la Loca, a quien encarnó Pilar López de Ayala (quien ganó el Goya a mejor actriz por dicho papel). Su última cinta con mejor consideración entre la crítica le valió hasta 14 premios, entre Fotogramas de Plata, Círculo de Escritores Cinematográficos y el Festival de San Sebastián.
Dos años más tarde rescataría a otra figura femenina histórica con Carmen, que adaptaba el texto de Prosper Mérimée. Paz Vega daba vida a la famosa cigarrera junto al argentino Leonardo Sbaraglia. Su última aproximación histórica se daría en 2006 con Tirante el Blanco, adaptación de la novela de caballerías escrita en el siglo XV por el valenciano Joanot Martorell.
Sus dos últimos títulos, Canciones de amor en Lolita’s Club (2007) y Luna caliente (2009), pasaron desapercibidos para crítica y público. Algunos años antes, en 2004, firmaría junto a otros 31 realizadores la colectiva y reivindicativa ¡Hay motivo!, en la que criticaban duramente al Gobierno.