Craven inició su carrera en 1972 con La última casa a la izquierda, primera incursión en el género que se convertiría en su vida, el terror. Cinco años más tarde escribió y dirigió Las colinas tienen ojos, un clásico del género al combinar el terror con buenas dosis de humor, lo que se convertiría en una de sus señas de identidad.
En 1982 adaptó La cosa del pantano, el cómic de Len Wein y Bernie Wrightson. Craven fue uno de los primeros cineastas que recurrió a los cómics para desarrollar películas.
Sin embargo, su mayor éxito llegaría en 1984, cuando creó a Freddy Krueger, icónico asesino que asesinaba introduciéndose en las pesadillas de los jóvenes. Robert Englund dio vida a una de las criaturas más aterradoras del cine de terror en el clásico de culto Pesadilla en Elm Street, que inició una saga de hasta ocho películas (una de ellas un remake de la original) y una serie de televisión, amén de múltiples homenajes. Un joven Johnny Depp sería catapultado al estrellato gracias a la primera entrega.
Nuevo éxito
Mientras la saga de Krueger aumentaba en proporción con irregulares resultados, al igual que la carrera de Craven, éste vivió un nuevo éxito en 1996 cuando estrenó Scream, otra cinta icónica, que mezclaba nuevamente humor y terror y reflexionaba, con bastante autocrítica, sobre el género que marcó la carrera de Craven. Tal éxito propición una nueva saga, esta vez de cuatro películas, y una serie para la MTV, de la que Craven es productor ejecutivo, que mañana mismo concluirá su primera temporada.
Sin embargo, no todo fue terror en la carrera de Craven. En 1999 dirigió a Meryl Streep en el drama Música del corazón, en el que la actriz enseñaba a tocar el violín a unos adolescentes conflictivos. Aunque no cosechó muchos éxitos, le valió a Streep una nominación al Óscar a la mejor actriz.
Además de en el cine, Craven probó suerte en el terreno literario. Así, en 1999 publicó la novela de suspense Fountain Society. Hace apenas dos años, se atrevió con el terreno gráfico con el cómic Coming of rage.