Benito y Claretta fueron dos trágicos seres humanos, dignos de haber sido creados por Shakespeare. Contemplamos un duelo final entre Benito, el hombre, y su alter ego el Duce, ante la dramática presencia de Claretta Petacci.
La lucidez del enajenamiento del creador del fascismo, obliga al espectador a dar su propia batalla ante este paradigma del ser humano. Mussolini va a morir habla de un fanático populista, que engendró a Hitler y fascinó al mundo durante veintitrés años, dejando una estela de cincuenta millones de muertos.
Miguel Torres y Julia Quintana protagonizan esta película, dirigida por Rafael Gordon, quien ha explicado que su película «no refleja la imagen de un símbolo o de un monstruo, nos habla del pequeño Mussolini que todo humano lleva dentro; Conocer nuestro instinto cainita y primitivo es el propósito de la película». «Es -añade Gordon- un retrato del ser humano bajo extrema presión. Mussolini es humano, pues desea, y desear es sufrir la culpa de lo que se desea. Claretta Petacci ama, y amar es sufrir y aceptar que el amor está condenado a morir, a veces por impacto directo de las balas».