Esta semana se estrena en España Paraíso: Fe. Avalada por el Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Venecia y por el Premio Eurimages y Mejor Guión en Sevilla, el segundo capítulo de la trilogía orquestada por Ulrich Seidl explora el concepto de fe y hasta dónde el ser humano es capaz de llegar siguiendo sus creencias religiosas.

La protagonista es Anna María, hermana del personaje central de Amor. Maria Hofstätter interpreta a una especialista en rayos X cuyo paraíso se encuentra en Jesús. Su tiempo libre lo pasa predicando de puerta en puerta por toda Viena acompañada de una imagen de la Virgen María, una tradición arraigada entre los católicos austriacos y que aún se conserva en otros países como España.

La imagen va de casa en casa pasando un tiempo determinado en cada una de ellas. La creencia es que ayuda a la familia a solucionar sus problemas, enfermedades… Esa es la vida de Anna María, que se pone patas arriba cuando regresa a casa su marido. Él, un musulmán egipcio en silla de ruedas, vuelve y trae consigo los problemas, las discusiones y los choques de creencias.

El origen de ‘Fe’

Mientras en Amor el paraíso de Teresa estaba en Kenia, donde viajó en busca de amor y solo encontró sexo pagado; para Anna María su paraíso es la fe que siente. La idea para esta historia surgió, según el director, mientras preparaba el rodaje de Jesus, du weisst? (2003), “un documental acerca de la intimidad con Dios”.

Entonces descubrieron que en “Austria (y sin duda en Alemania y otros países) hay miles de figuras itinerantes de la Virgen María. Los católicos devotos, mujeres en su mayoría, la llevan de una casa a otra. Las personas que acogen estas figuras esperan que les ayuden a curar sus males físicos o psicológicos. Aparte de ser un maravilloso tema para una película, esas visitas eran ideales para contar ‘minihistorias’ dentro de una historia mayor, una estructura fílmica de la que me sirvo desde Good News (1990), mi primera película para la gran pantalla”, explica el director.

Dos historias distintas, pero iguales

Aunque el único nexo de unión entre Amor (estrenada el pasado viernes en España) y Fe puede parecer a primera vista la relación de parentesco entre sus protagonistas, lo cierto es que hay mucho más detrás de eso. “Las dos hermanas, que ya han cumplido los cincuenta años, tienen el mismo problema: el amor, los hombres las han decepcionado, están frustradas sexualmente y tienen profundos deseos reprimidos. Pero cada una intenta resolver el problema a su manera. Una se va a Kenia en busca del amor (carnal), mientras que la otra busca la felicidad en su amor espiritual por Jesús, a quien finalmente también desea como a un hombre terrenal”, resume Seidl.