En 1977, los padres de una adolescente de 13 años interpusieron una querella contra Polanski acusándole de drogar y violar a la joven, que era modelo. El cineasta, en un acuerdo con la fiscalía, se declaró culpable de "relaciones sexuales ilegales", por lo que fue enviado a prisión en "evaluación psiquiátrica" durante tres meses, aunque sólo pasó 47 días. A finales de 1978, al día siguiente de una reunión entre sus abogados y un juez que había dejado entender que quería volver enviarlo a la cárcel, Polanski, en libertad bajo fianza, tomó un avión hacia Europa.
La fiscalía de Los Ángeles supo la semana pasada que Polanski iba a viajar a Suiza y pidió al Departamento de Justicia de EE.UU. que tramitara la orden de detención ante las autoridades del país helvético. Un portavoz del Departamento de Justicia suizo ha señalado hoy que la posible concesión de la libertad bajo fianza a Polanski "no está en absoluto descartada". Las autoridades de EE.UU. tienen ahora hasta 60 días para hacer firme su solicitud de extradición, pero Polanski puede apelar al Tribunal Federal Suizo de Justicia contra esa orden de extradición. Una portavoz del tribunal ha señalado que todavía no ha recibido ninguna indicación al respecto.