Aunque quien esto escribe piense que Muerte entre las flores sigue siendo lo mejor surgido de la factoría de los hermanos Cohen, Valor de Ley, la historia que ahora nos entregan con niña que busca con ahínco vengar a su padre asesinado, es una muy buena película.

Valor de Ley

Todo comenzó en 1968, cuando el escritor estadounidense Charles Portis dio a la imprenta Valor de Ley, una novela poblada por perdedores y ambientada en el Oeste lejano que en muy poco tiempo se convertiría en obra de culto. Un año más tarde, Henry Hathaway la llevaría al cine de la mano de un maduro John Wayne que borda uno de sus más convincentes papeles, por el que recibiría el único Oscar de su carrera.

Pasa el tiempo y, 40 años más tarde, los Cohen entran en el plano para, lejos de hacer un remake de lo ya hecho, construir una historia nueva. Como siempre desde que arrancasen en esto del cine con Sangre fácil, Joel dirige, Ethan produce y «a pachas» escriben el guión. Así ha sido también en esta ocasión. 

Valor de ley nos sitúa en las últimas décadas del siglo XIX en la América posterior a su Guerra Civil. Allí, Matttie Ross (sorprendente en su debut la adolescente Hailee Steinfeld), una niña de 14 años, busca con una determinación inusual para su edad la venganza. Su padre fue asesinado a sangre fría por un miserable que se llevó dos piezas de oro. Ella quiere verlo ahorcado a cualquier precio y para ello contrata a Rooster Cogburn (espléndido una vez más Jeff Bridges), un rudo, tuerto y bebedor alguacil que tras muchas objeciones accede a perseguir al asesino. En el camino se cruzará el ranger de Texas LaBoeuf (Matt Damon), que también quiere arrestar al perseguido.

Los tres personajes están servidos. El viaje es intenso. Cada uno atiende a un código moral y a unos intereses distintos, pero su diana es la misma. De sus andanzas deriva esta fábula sobre el cuestionable valor de la venganza, la firmeza que desemboca en la pérdida de la inocencia y lo reparador del perdón. Valor de ley es una propuesta muy Cohen. Al igual que en sus premiadas Barton Fink, Fargo, El hombre que nunca estuvo allí o No es país para viejos, vuelven a utilizar la mordacidad, el humor negro y el cinismo como herramientas esenciales para levantar una historia que, de puro bien hecha, confirma que, con sus idas y venidas, el western de calidad siempre acaba por regresar a las pantallas; al cine de calidad.

 

Valor de Ley

Dirección: Ethan y Joel Cohen

Intérpretes: Jeff Bridges, Hailee Steinfeld, Matt Damon y Josh Brolin.

 

EE.UU. / 2010 / 110 minutos

Winter´s Bone

La cosa va también de hijas y padres. Jennifer Lawrence, (atención a esta actriz que materialmente se come la pantalla. Uno de los papeles más redondos que se hayan podido ver en mucho tiempo), encarna a Ree Dolly, una adolescente que en una casa aislada de un pueblo aislado de las montañas Ozark, en el profunda EE.UU., tiene que hacerse cargo de una madre mentalmente perdida y dos hermanos pequeños. Tras ofrecer la casa como aval para la fianza que le permitirá salir de la cárcel, su padre ha desaparecido sin dejar rastro. La justicia le busca.

A la desesperada, con tal de salvar a su familia, Ree también emprende su búsqueda y se enfrenta a la ley del silencio impuesta por sus parientes y por unos vecinos nada recomendables. Entre mentiras, evasivas y amenazas, esta joven logrará alcanzar la siniestra realidad en la que su vida y la de los suyos se mece.

Podría decirse aquello de que este segundo largometraje de la directora Debra Granik está llamado a convertirse en una de las grandes sorpresas del año, pero ya no lo es porque, tras lograr el Premio del Jurado en el Festival de Sundance, allí por donde pasa despierta sorpresa. Es una extraordinaria y sórdida película que por momentos remite a la Mystic River de Eastwood o al Deliverance firmado por John Boorman en 1972.

Resulta curioso comprobar que una parte sustancial del éxito reside en la labor de la joven actriz Jennifer Lawrence. Curioso, por cuanto y como ella misma relata, fue rechazada en los dos casting convocados en Los Ángeles. Adujeron los que la desestimaron que era “demasiado atractiva”. Ella perseveró e informada de que había sido convocado un tercer casting en Nueva York, cruzó el país y se presentó a la prueba sin maquillar, sin dormir y sin haberse lavado el pelo en dos semanas. El papel fue entonces suyo.

El resultado no tiene desperdicio y este retrato despiadado de la América más rural, violenta y profunda nos alcanza de lleno. Winter´s bone se clava en el espectador y se instala muy dentro, profunda, profundísimamente. 

Winter´s Bone

Dirección: Debra Granik

Intérpretes: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Kevin Breznahan y Dale Dickey.

EE.UU. / 2010 / 100 minutos