Premio del Público en el Festival de Sundance y de la Juventud en la Seminci, lo que se cuenta bajo el epígrafe “basada en una historia real” nos acerca la historia de Billi (a la que presta cara la actriz y rapera Awkwafina), una joven aspirante a artista nacida en China que se siente totalmente integrada en Nueva York, la ciudad en la que ha crecido y vive.

La enfermedad de su entrañable abuela Nai Nai, le “obliga” de no muy buena gana a regresar a su ciudad de origen, Changchun, en donde descubre que toda su familia sabe que a la matriarca, tal como aseguran los médicos que tratan el cáncer de pulmón que padece, le quedan apenas unas semanas de vida. Pero su sorpresa se acrecienta cuando todos le manifiestan que han decidido no contárselo a la anciana.

En el intento acordado por unanimidad de disfrutar estos últimos momentos juntos y felices se reúnen con la excusa de una súbita boda, perfecto acontecimiento para unir a la familia dispersa por el extranjero. 
Mientras Billi navega por un campo minado de expectativas familiares descubrirá que hay mucho que celebrar: una oportunidad para redescubrir el país que dejó atrás de niña; la maravillosa forma de afrontar la vida que despliega su abuela y los lazos que siguen uniéndolas más allá de lo que queda sin decir.

Fingimiento

Pero sobre la realidad también sobrevuela el trastorno que a la joven le provoca la exigencia de mantener una gran mentira y fingir que todo fluye con normalidad. Cuando pensaba que acudía a una ceremonia de despedida se topa con la exigencia de mostrar una alegría que ni de lejos siente ante una boda de componendas. 

Para Billi, que ha crecido en la cultura estadounidense, todo el plan le parece potencialmente poco ético y nada sensible. Sus torpes intentos por mantener el engaño, mientras asume como puede el salto cultural y generacional en el que se ve inmersa, son tratados con delicadeza y humor, uno de los rasgos distintivos de una película-fábula con más carga de la que en un primer envite aparenta.

Una reflexión sobre lo que la vida familiar puede plantear. Sobre el valor de las palabras no dichas. Sobre el derecho a conocer. Sobre, en definitiva, las medias verdades, cuando no el “derecho” a la abierta falsedad recubierta de bondad y compasión.

Dos culturas

“Un tema habitual en muchas películas son las mentiras o secretos familiares en las que hay una gran catarsis cuando se descubre la verdad, afirma la directora. Quería jugar con esto en The Farewell. No quería que la película juzgara a ningún personaje concreto o la decisión de la familia de ocultar la verdad a su matriarca. Nadie es el malo en esta familia. Para mí es realmente una historia sobre cómo expresamos el amor de diferentes maneras cultural e individualmente y cómo eso puede crear mucha falta de comunicación en las familias modernas, especialmente en las que se encuentran entre dos culturas. A veces, las cosas más importantes son las que no se dicen. Pero también plantea hasta qué punto tenemos derecho a esconder la realidad a las personas directamente implicadas”.

Basculando entre el valor de la verdad y el no menos lícito de la mentira cuando la mueve un supuesto o abierto buen fin, The Farewell deja en la pantalla una interesante película que, inevitablemente, mueve a la reflexión.

The Farewell

Dirección y guion: Lulu Wang

Intérpretes: Zhao Shuzhen, Awkwafina, A Mayo, Lu Hong, Lin Hong, Tzi Ma, Diana Lin, Yang Xuejian, Becca Khahil

Fotografía: Anna Franquesa-Solano

Música: Alex Weston

Estados Unidos / 2019 / 98 minutos