Que no pare la función - hoyesarte.com

Rodrigo Cortés dirige este drama sobre amor y supervivencia que cuenta la historia real de un grupo de actores judíos que, con la intención de llevar algo de esperanza a sus compatriotas, interpreta en el teatro una comedia musical mientras sobre sus existencias se cierne el drama de no saber si, mañana, seguirán vivos.

El guion original, escrito por el propio director junto al novelista alemán David Safier –autor de la novela 28 días, centrada también en la ocupación alemana de la capital polaca–, recrea la puesta en escena de la obra Milosc Szuka Mieszkania, que se representó en el invierno de 1942 en el Teatro Fémina de Varsovia. La obra que muestra la película es fiel al texto de la comedia musical escrita en el propio gueto por el dramaturgo y compositor Jerzy Jurandot, de cuyas canciones sólo sobrevivió la letra. La música ha sido compuesta ad hoc respetando la tradición del teatro musical del momento.

La película, que se abre con un clarividente plano-secuencia de casi un cuarto de hora de duración, nos traslada a un día de enero de 1942 en Varsovia. Más de 400.000 judíos de toda Polonia llevan un interminable año confinados por los nazis en un estrecho gueto en el centro de la ciudad. Fuera del muro, la vida sigue adelante. Dentro, sus habitantes luchan por sobrevivir. Sin embargo, la infranqueable barrera de ladrillos no consigue detener la creación de un grupo de actores que en una helada noche invernal representa una comedia musical. Los espectadores ríen y se emocionan ante una historia de amor, olvidando por un momento su terrible situación. Entre bambalinas, los actores se enfrentan a un dilema de vida o muerte ante la posibilidad de llevar a cabo una fuga después de la función.

Recientemente nominada a los Premios Goya en dos categorías y a los Feroz en tres, la película, de producción española, se rodó con actores ingleses, irlandeses, italianos, daneses y suecos. El reparto está encabezado por Clara Rugaard, Ferdia Walsh-Peelo, Magnus Krepper, Freya Parks, Jack Roth y Henry Goodman. Las canciones interpretadas por el elenco se rodaron en directo y se ha usado el sonido original de las tomas.

En palabras del director: “El amor en su lugar es una experiencia cinematográfica e interpretativa que descubre un lado de la ocupación que el cine no había mostrado aún: cómo todo tipo de artistas (actores, músicos, escritores) siguieron actuando, aun en las circunstancias más improbables, para encender una llama titilante en mitad de las tinieblas”.

Así es esta muy interesante propuesta que, como queda dicho, capta un ángulo de la historia poco tratado, aquel que demuestra la grandeza del ser humano para afrontar las más adversas circunstancias, en este caso y ahí la novedad, el que constata que en las terribles circunstancias del gueto de Varsovia una serie de profesionales, jugándose la vida, mantenían alzado el telón.