Hellen Mirren, lección de dignidad

Esta semana se estrena en España. Verla es toda una lección de cómo un actor, en este caso actriz, es capaz de salir airosa y dar una lección de dignidad en una película donde la comedia y la acción (sin que esto sea negativo) son lo principal. Ella es Hellen Mirren, una actriz ‘seria’ que no desprecia el cine comercial.

La historia es una continuación de la que ya se contó en la anterior y que nació de un cómic. Hollywood tomó los personajes creados por Warren Ellis y Cully Hamner para una miniserie de tres entregas, los hizo suyos y les añadió algunos nuevos para crear una película. Porque, como bien expresó Ellis cuando los derechos fueron adquiridos por Summit Entertainment ^[1], el material no daba para hora y media. Mucho menos para rodar dos entregas.

Agentes retirados

Los protagonistas de Red son un grupo de agentes retirados encabezado por el ex de la CIA Frank Moses (Bruce Willis). El actor, especialista en ser un héroe de acción cargado de socarronería, repite en lo que mejor se le da acompañado de un John Malkovic pasado de rosca que interpreta a Marvin, un lunático obsesionado con la seguridad y las conspiraciones.

El trío de agentes retirados lo completa Hellen Mirren. Pocas actrices de su calidad y edad se atreverían a aceptar un reto como el de Red y, mucho menos, dos veces.

Ella es Victoria, una agente veterana del MI6, buena amiga de Moses y Marvin, que lleva la elegancia por bandera. Es una máquina de matar, sí. Es una señora mayor, sí. Da la apariencia de ser respetable y tomar el té a las cinco, también. Pero detrás de toda esa fachada se encuentra una mujer dura, independiente y capaz de sujetar un arma como nadie. Por no hablar del arsenal que esconde bajo un abrigo de pieles al más puro estilo Matrix.

Esta vez la trama convierte a los protagonistas en unos supervivientes. Quieren eliminarles (otra vez) por un antiguo caso y tendrán que unir sus fuerzas para sobrevivir. Todo salpicado con los problemas personales de cada uno: la disyuntiva de Victoria de cumplir el cometido que le han encargado sus jefes o mantenerse fiel a sus antiguos compañeros de campo o los problemas sentimentales de Moses. Todo para acabar en un Kremlin recreado en Londres con una bomba de por medio y un Anthony Hopkins que se suma a la fiesta.

Red 2 ^[2] es uno de esos estrenos propios de esta época veraniega para pasar el rato, echarse unas risas y ver muchos tiros y cosas saltar por los aires. Cumple su función con éxito y, además, sirve para poner en evidencia a todos aquellos actores que van dando lecciones por los mundos de Hollywood y aledaños. Nadie es capaz de cuestionar la calidad y el talento de Hellen Mirren. Con un Oscar y tres nominaciones, además de ser una perfecta Reina de Inglaterra o la sufrida mujer de Tolstoi, también es capaz de subir a un barco como el de Red, hacerlo con toda la dignidad del mundo y demostrar que un buen actor lo es tanto en una película intimista como en una con aspiraciones de blockbuster.