Recapitulemos: John McKenzie (Michael Pitt) es un astronauta enviado por la NASA que a su vuelta del espacio por un fallo inexplicable se precipita sobre la azotea de un impersonal edificio. Allí lo encuentra y acoge como a un hijo una anciana marroquí (Tassadit Mandi) mientras él espera que la agencia americana lo localice y lo devuelva a su país.
A un discreto apartamento de un piso más abajo del que descansa el astronauta llega una nueva inquilina. Jeanne (Isabelle Huppert) es una vieja gloria del cine que despertará la curiosidad de Charlie, un adolescente solitario (Jules Benchetrit) que vive con una madre que casi siempre está ausente.
En la primera planta de ese edificio, accidentado, inválido y solitario como pocos, el aspirante a fotógrafo Sternkowitz (Gustave Kervern) sueña con liberarse de su soledad. Lo hará a través del casual encuentro con una enfermera del turno de noche (Valéria Bruni-Tedeschi) que logará el milagro de hacerle abandonar su silla de ruedas.
Tres parejas atípicas que se mueven por resortes también atípicos. Seis peculiares personajes se dan cita en un mismo bloque de viviendas para configurar La comunidad de los corazones rotos, una película que, con una cáscara sencilla, guarda un núcleo de momentos mágicos protagonizados por seres a los que une la ternura, el respeto y la compasión.
Dirección y guion: Samuel Benchetrit
Intérpretes: Isabelle Huppert, Gustave Kervern, Valéria Bruni-Tedeschi, Tassadit Mandi, Jules Benchetrit, Michael Pitt
Música: Raphäel
Fotografía: Pierre Aïm
Montaje: Thomas Fernández
Francia/2015/ 100 minutos