Al rodar Stop Making Sense el entonces joven cineasta pretendía seguir la estela de otros largometrajes centrados en las actuaciones en directo de grandes músicos, como The Last Waltz, dirigido por Martin Scorsese, o Rust Never Sleeps, protagonizado por Neil Young.
A través de un enfoque directo y honesto, el objetivo de Demme fue recoger en cámara toda la energía y puesta en escena del grupo de David Byrne, carismático líder que sigue en activo, Tina Weymouth, Chris Frantz y Jerry Harrison, en el momento de máximo esplendor de una banda que, entre otros muchos temas, es responsable de himnos como Psycho Killer, Burning Down the House, Once in a Lifetime o This Must Be the Place.
Demme había tenido la oportunidad de ver tocar a los neoyorquinos a principios de 1983 en Hollywood, quedando fascinado por la magnética presencia del vocalista y por la fuerza y potencia del directo de la banda.
Uno de los momentos más recordados del concierto que el largometraje recoge es aquel en el que Byrne sale a escena a cantar Girlfriend Is Better con el Big Suit, un traje absurdamente grande de hombreras cuadradas que estaba inspirado en el teatro Noh japonés. Una indumentaria que se convirtió en una de las señas de identidad del artista.
Tras su estreno en cines en 1984 el largometraje recibió excelentes críticas y fue considerado por algunos críticos como «una de las más grandes películas de rock jamás hechas», además de recibir calificativos como abrumadora, fascinante y brillante, destacando también la habilidad d Demme para capturar el enérgico e impredecible directo de la mejor época de Talking Heads en todo su esplendor y agudeza visual.
La querencia del realizador por la música y su mundo no se ciñe al documental que ahora se reestrena, pues en 1993 codirigió, junto con su sobrino Ted, el videoclip Streets of Philadelfia de Bruce Springsteen, incluido en la banda sonora de la película Philadelfia, un tema que ganó el Óscar a la mejor canción original.
Y en sus últimos años volvió a dirigir un documental sobre un concierto de Justin Timberlake + the Tennessee Kids (2016). Un año después, y sólo unos meses antes de fallecer el 26 de abril de 2017 a causa del cáncer, su último proyecto fue una historia del rock para el Salón de la Fama del Rock and Roll de aquel año.
Demme dirigió en 1991 su largometraje más celebrado, El silencio de los corderos, que logró el Óscar a la mejor película y se incorporó al selecto grupo de los tres filmes en la historia de la Academia en ganar los galardones de mejor película, director, guion y actor y actriz protagonista.
En aquellos años, e inspirado en la enfermedad de su amigo el pintor e ilustrador español Juan Suárez Botas, Demme aprovechó su mejor época como cineasta para dirigir Philadelphia (1993), sin duda una de las mejores películas centradas en el sida, con la que Tom Hanks logró su primer Óscar como actor.
Stop Making Sense
Dirección: Jonathan Demme
Intérpretes: Talking Heads
Fotografía: Jordan Cronenweth
Estados Unidos / 1984 /8 8 minutos
Distribución: Elastica Films