Todo lo bueno debe llegar a su fin y las cosas se ponen más feas que nunca en Bon Temps, donde aún hay quien pretende aprovechar hasta el último momento para sembrar el caos y la desconfianza en la ciudad. Esta última temporada aborda el final definitivo de su historia, partiendo de un punto de no retorno para algunos de sus protagonistas con la promesa de poner un broche de oro a la odisea personal de Sookie Stackhouse.
Reconocida con un Emmy y un Globo de Oro, True blood se ha transformado en algo más que una historia de vampiros, reformulándose a sí misma en cada temporada y convirtiéndose en una serie única en su especie.
El próximo 24 de agosto, la serie creada por Alan Ball (responsable también de otras como A dos metros bajo tierra y Banshee y la película American beauty, que le valió un Oscar al mejor guion original) llega a su fin en las pantallas del canal estadounidense HBO, cerrando una andadura iniciada en 2008.