Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherri Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Timothy Spall y Kristin Scott Thomas hacen un despliegue interpretativo de primerísimo orden. Cada uno, si acaso con la única salvedad de Spall, que en contados momentos peca un pelín de histrionismo, dotan a los personajes a los que dan vida de una veracidad emocionante.
La cámara nos introduce en el hogar de Janet (Kristin Scott Thomas) que acaba de ser nombrada ministra. Para celebrarlo convoca a los amigos más próximos. Todo hace pensar que van a asistir a una entrañable velada. Sin embargo, lo que comienza como una celebración terminará como una verdadera (y dependiendo de la perspectiva, muy divertida) tragedia. Esos personajes esconden secretos que han estado ocultos durante años y salen a la luz poco a poco como revelaciones catastróficas.
«Los personajes se van quitando las capas hasta llegar a lo más crudo de su interior. Uno de mis mayores retos a la hora de perfilar los personajes era afrontar la dicotomía entre la imagen que la gente quiere dar de sí misma y la que ofrece cuando su pequeño universo se pone a prueba», comenta la directora.
Sally Potter, coreógrafa y música, además de realizadora, que fue nominada en 1992 a dos Oscar por Orlando, su atrevida adaptación del clásico de Virginia Woolf, da una nueva vuelta de tuerca en su forma de entender el cine con esta comedia envuelta en tragedia. Como ella misma argumenta: «Bajo una presión extrema en un ambiente de confianza, los secretos más recónditos salen a flote sin filtros. Este es el abismo que yo investigué. Quería invitar al espectador a la carcajada siendo testigo -a través de la inquisitiva lente de la cámara- de este grupo de personas que penden de un hilo, oscilando constantemente entre lo moralmente correcto y lo políticamente aceptado».
Lo esencial
The Party se concibió como una película reducida a los elementos esenciales: «Para mí el hecho de trabajar en un solo espacio y en tiempo real era una virtud. Además rodamos en blanco y negro y sin efectos especiales. Estas herramientas, aparentemente tan sencillas, llevaban el peso de toda la película. Con esta forma de trabajo, los elementos están muy expuestos. No hay lugar donde esconderse cuando se trabaja con ingredientes tan primarios como la historia, los personajes, el blanco y negro, las voces y la música. La cámara se adentra en las sombras y mira fijamente a las caras de unos personajes en pleno momento de crisis –una crisis que empuja a cada uno a contar la verdad–. Estoy muy agradecida ya que el elenco fue magnífico, unos actores que se lanzaron al proceso creativo con amor y disciplina. En el momento actual donde los acontecimientos del mundo nos provocan el llanto, tuvieron la valentía de ponerse al servicio de la risa y su poder curativo».
Una de las inspiraciones para este proyecto, cuyo rodaje apenas duró quince días, fue Ginger & Rosa, su anterior largometraje. “Había una escena en la que todos los personajes se juntan y surge una confrontación”, explica Potter. Sin embargo, esta película no fue su única fuente de inspiración ya que la directora quería reflexionar sobre la situación que vive su país: “Empecé a escribir justo antes de las elecciones generales en Reino Unido que desembocaron en el Brexit. En cierto modo es una reflexión sobre los partidos políticos y su lenguaje, su relación con la verdad. Una reflexión sobre lo que nos pasa cuando la verdad en la vida personal y en la política se ve distorsionada. Reflexionar en torno a los conceptos de verdad y manipulación».
Su propuesta evoca a clásicos del cine como la adaptación de Mike Nichols de ¿Quién teme a Virginia Woolf? o El discreto encanto de la burguesía de Buñuel. The party, la que ahora ella firma, tiene también ese perfume peculiar que transmiten las películas que se inscriben en la historia del mejor cine.
The Party
Dirección y guion: Sally Potter
Intérpretes: Kristin Scott Thomas, Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherri Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Timothy Spall
Fotografía: Alexey Rodionov
Arte: Carlos Conti
Montaje: Anders Refn, Emilie Orsini
Sonido: Jean Paul Mugel
Gran Bretaña / 2017 / 71 minutos
Distribuidora: Avalon