A Maíllo ya lo teníamos fichado como un realizador interesante desde su debut en el largometraje con Eva. Si entonces abordó la ciencia ficción dramática, ahora se adentra en el thriller oscuro y violento y la jugada le sale muy bien, imprimiéndole un ritmo infartante y por momentos onírico al ya de por sí infartante guion.
Toro se mueve en una Málaga de sol resplandeciente que irónicamente no alcanza a iluminar la oscuridad de sus personajes. De noche, el neón baña sus miserias con unos colores que enrarecen la situación, en la línea estética de Nicolas Winding Refn, una labor fotográfica impecable de Arnau Valls Colomer.
Rafael Cobos (La isla mínima) y Fernando Navarro (Anacleto: Agente secreto) firman un guion de ritmo imparable que mezcla venganza, violencia despiadada, medidas desesperadas y redención. Un texto bien medido cuyo mecanismo funciona sin fisuras.
Andalucía, territorio oscuro
El punto de partida nos es familiar: delincuente consigue enmendarse por el camino del bien, pero se ve obligado a mancharse las manos una última vez para proteger a su familia. Lo que viene a partir de ahí es pura suciedad salpicada por momentos de radiografía familiar y ciertos elementos mágicos.
Andalucía se sigue confirmando como un territorio idóneo para el cine negro. Alberto Rodríguez lleva reivindicándolo unos años con sus películas. Esa mezcla de luz natural y oscuridad narrativa encuentra en Toro un complemento perfecto en la ostentosa arquitectura de ciudades como Torremolinos, Fuengirola y Benalmádena, que da un toque kitsch al conjunto. En esa línea va la introducción de imaginería sagrada y marchas de Semana Santa.
Mario Casas, Luis Tosar y José Sacristán forman el contundente trío protagonista. El primero luce especialmente en su exhibición de brutalidad, el segundo compone a un perdedor carismático y el tercero a un villano elegante y sin escrúpulos. Cabe destacar la naturalidad de la debutante Claudia Canal y a un José Manuel Poga implacable.
Toro irrumpe en la cartelera sin dar respiro al espectador, con una fuerza arrolladora y una reflexión velada sobre España como un país de malos hermanos y mala memoria. Merece la pena sumergirse en su cieno estilizado y moverse entre la mala calaña durante hora y media antes de salir de la sala a intentar ser buenas personas.
Dirección: Kike Maíllo
Guion: Rafael Cobos, Fernando Navarro
Intérpretes: Mario Casas, Luis Tosar, José Sacristán, Claudia Canal, José Manuel Poga, Ingrid García Jonsson, Luichi Macías
Música: Joe Crepúsculo
Fotografía: Arnau Valls Colomer
España / 2016 / 100 minutos