Aunque siga buscando en la esperanza que la juventud comporta una de sus fuentes de inspiración. Diez años después y desde una silla de ruedas, el maestro italiano regresa a la dirección para darnos su visión del caos que la adolescencia puede suponer.
Un trastero que es un escondite. Lorenzo, adolescente difícil, se oculta en ese agujero. Su hermanastra, Olivia, es una joven heroinómana que intenta desesperadamente dejarlo. Pasarán siete días juntos, aislados del mundo, en esa covacha.
¿Pocos mimbres?
Parecen pocos mimbres para trenzar otra de las grandes del cineasta italiano, pero son suficientes para dejar en la pantalla muestras de cine de altura. Otra aguda reflexión sobre la juventud, lo que cuesta crecer y lo complejo que puede llegar a ser alcanzar ese ámbito difuso que llamamos madurez.
Pero volvamos a Lorenzo, tímido y combativo, a sus 14 años tiene en la música y en la soledad sus mejores aliados. Aprovecha una salida colegial a la nieve para dar esquinazo, hacer creer a su madre que se ha ido a la montaña y refugiarse en el sótano del edificio en el que vive con ella.
En cuanto a Olivia, cuatro o cinco años mayor que Lorenzo, es fruto de una relación anterior del padre del chico. Apenas ha tenido relación con su familia, un desarraigo que en parte motivó su encuentro con las drogas. Está enganchada, a pesar de que en su momento inició una prometedora carrera como fotógrafa. Desbordada, perdida, acude a Lorenzo que, en principio de muy mala gana, la acogerá en su escondite.
Serán sólo unos días. Los suficientes para dejar claras algunas cosas, limar desencuentros y, a fin de cuentas, crecer aprendiendo del otro.
Fiel al estilo
Lejos de sus grandes producciones de otras épocas, –ahí están, por ejemplo, El conformista, El último tango en París, Novecento o El último emperador, con la que lograría ocho Oscar en 1988–, Bertolucci son acerca a un cine más intimista en su fondo y mucho menos complejo en su forma.
Basada en una novela de Niccolò Ammaniti, editada en España por Anagrama, Tú y yo se mantiene sin embargo fiel al estilo del director italiano, jugando con momentos de notable crudeza, con otros en los que domina el lirismo, –no se olvide que Bertolucci es hijo de un reconocido poeta y que ha dejado escrito que «con el cine busco la poesía»–, la ternura, la ironía y una forma de mirar que dota a los personajes de enorme realismo y credibilidad. Así ha sido su cine siempre y así continúa.
Bienvenido
Lorenzo y Olivia, magníficamente interpretados en sus nada fáciles papeles por Jacopo Olmo Antinori y Tea Falco, llenan la pantalla de sinceridad. Una vez más, Bertolucci deja ver su mano maestra a la hora de elegir protagonistas. Además, la música, muy bien ensamblada y con Bowie, el legendario David, también presente, añade verdad al conjunto.
Bienvenido sea pues este regreso. El hecho de que Bertolucci haya abandonado su retiro próximo al Tíber, –»tenía que volver, el cine es mi terapia»– , y desde su silla de ruedas haya vuelto a gritar aquello de ¡acción! es como para estar de enhorabuena. Si, además, el resultado es Tú y yo, mejor, porque nos hace ver que 54 años después de debutar como director en 1959 con Il teleférico, el mítico italiano sigue en forma.
Tú y yo (Io e te)
Dirección: Bernardo Bertolucci
Intérpretes: Jacopo Olmo Antinori. Tea Falco. Sonia Bergamasco. Veronica Lazar. Tommaso Ragno. Pippo Delbono
Guión: Bernardo Bertolucci, Francesca Marciano, Umberto Contarello (Novela: Niccolò Ammaniti)
Música: Gabriele Conti, Goffredo Gibellini, Marco Streccioni
Fotografía: Fabio Cianchetti
Italia/2012/103 minutos
- Estreno el 26 de julio de 2013.