Turbulentas, misteriosas aguas

Ficción y realidad. La ficción de una leyenda que corre de boca en boca desde siempre. La realidad de las crecidas del Segura que de tanto en tanto castigan Orihuela, la población natal de la realizadora: “En mi tierra tenemos una relación muy particular con el agua, porque las crecidas lo arrasan todo. Cuando llegan casi nadie se libra de perder algo o a alguien”.

Conjugando géneros, “vengo del documental y no entiendo de jerarquías de imágenes”, la propuesta de López Riera se centra en un pequeño pueblo del sureste de España. Es verano y una tormenta amenaza con volver a desbordar el río que lo atraviesa. Una vieja creencia popular afirma que algunas mujeres están predestinadas a desaparecer con cada nueva inundación porque tienen “el agua adentro”.

Ana (Luna Pamies) vive con su madre (Bárbara Lennie) y con su abuela (Nieve de Medina) en una casa a la que el resto del pueblo mira con suspicacia. En medio de la atmósfera eléctrica que precede a la lluvia, Ana conoce a José (Alberto Olmo) al tiempo que trajina con las complejidades propias de su edad y, sobre todo, con la inquietante lucha por librarse de las creencias y fantasmas de su entorno.

Al referirse a la génesis de su película, López Riera recuerda que nació y creció “en un lugar en el que se mezclan constantemente la crónica cotidiana con los relatos fantásticos. Me crié en un ambiente predominantemente dominado por mujeres (mi madre, mis tías, mis abuelas, mis vecinas…) que pasaban las horas contando estas historias, transmitidas de generación en generación, y que mezclaban siempre hechos reales con elementos fantásticos y tradiciones locales. Creo que si hago cine es gracias a ellas, por la pasión con la que transmitían cada relato, cada detalle, por la fe con la que narraban cosas increíbles, porque en su forma de hablar no hacían ninguna diferencia entre historia y poesía. Por otro lado, en mi tierra, la Vega Baja del Segura, la lluvia no es un fenómeno meteorológico cualquiera. Aquí casi nunca llueve, pero cada tanto, las fuertes tormentas hacen que el río, uno de los más contaminados y sucios de Europa, se desborde. Los recuerdos de cada catástrofe relacionada con el agua forman parte de nuestra memoria desde hace siglos. En 2019 se produjo una riada. La gente publicaba en las redes sociales las imágenes catastróficas de las inundaciones y toda la mitología de mi infancia volvió a surgir…”.

Protagonizada por Luna Pamies, una joven que demuestra un carácter y soltura ante la cámara muy poco habitual en una actriz debutante, la película se presentó en la Quincena de Realizadores del último Cannes, donde fue muy bien recibida por público y crítica. Desde entonces ha sido seleccionada para participar, entre otros, en los festivales de Toronto, San Sebastián, Zúrich, Abycine y Toulouse, donde logró el galardón a la mejor película.

Además de servirse de intérpretes en su mayoría no profesionales, El agua cuenta con la participación en papeles destacados de Bárbara Lennie y Nieve de Medina.