Una bonita mañana (pese a las nubes)

Una bonita mañana toma su título de un poema de Jacques Prévert. Lo hace con coherencia porque por fondo y forma lo que vemos encierra muchas y buenas dosis poéticas. Entre y sobre todas ellas la extraordinaria actuación de Léa Seydoux en el papel protagonista. Todo un despliegue de la sencillez interpretativa que su función pedía. Logra que hagamos nuestro lo que en la pantalla vemos. “Léa es una actriz muy instintiva y extraordinaria. Consigue convocar un enorme caudal de emociones sin aparente esfuerzo”, remarca Hansen-Løve.

Lo que vemos nos acerca a Sandra, una joven madre que cría sola y con las consiguientes dificultades a una hija que está saliendo de la infancia. Sandra también está muy pendiente de su padre al que visita con regularidad. Una persona a la que se siente muy unida y que padece una enfermedad neurodegenerativa irreversible.

Mientras lucha para que éste reciba los cuidados médicos que precisa, Sandra se reencuentra con Clément, un amigo al que hacía tiempo que le había perdido la pista. Pero la pasión manda y a pesar de que él, comprometido en otra relación, no es ni se siente libre, inician una intensa historia.

Con Una bonita mañana, tal como ha confesado la propia realizadora, “cumplo mi viejo deseo de retratar a mi padre. Es evidente que me produce tristeza mostrar abiertamente su lucha contra una enfermedad degenerativa, pero he sentido que era lo que debía hacer, por doloroso que suponga”. Al hacerlo compone el segundo largometraje sobre su familia, pues en 2016 la aclamada El porvenir se centraba, con Isabelle Huppert como protagonista, en la figura de su madre.

Debutante como actriz en las películas de Oliver Assayas Los destinos sentimentales y Finales de agosto, principios de septiembre, Mia Hansen-Løve dirigió diversos cortometrajes mientras escribía como crítica para la mítica revista Cahiers du cinema. Su primer largometraje como directora y guionista, Todo está perdonado, se estrenó en 2007 en la Quincena de Realizadores de Cannes y recibió una nominación al César a la mejor ópera prima. Desde entonces ha dirigido, siendo siempre responsable también del guion, El padre de mis hijos (2009), que consiguió el Premio Especial del Jurado en la sección Un certain regard de Cannes; Un amour de jeunesse (2010), que consiguió una mención especial en Locarno, Eden (2014), El porvenir, galardonada con el Oso de Plata a la mejor dirección en Berlín y Maya (2018). Antes de la que ahora nos ocupa, su más reciente estreno en España fue el pasado año La isla de Bergman.

Una bonita mañana se pudo ver por primera vez en nuestro país en la Sección Perlas del Festival de San Sebastián. Su estreno mundial tuvo lugar en la Quincena de Realizadores del pasado Cannes, donde ganó el máximo galardón.