Upstream Color es críptica como la primera película de Carruth, Primer. Aquella era un complicado rompecabezas sobre viajes en el tiempo que retaba al espectador y ésta es un desafío para dejarse llevar, para participar en la vida sin sentido de Kris y las emociones que la ruptura forzosa con su pasado le provocan desde los sentidos.
La historia nos presenta a Kris, quien es atacada por un hombre que es capaz de anular su voluntad utilizando un gusano de extrañas propiedades. El agresor es capaz de dominar las acciones de la mujer sin que ella pueda resistirse y lleva a cabo el robo perfecto, uno llevado a cabo por la propia víctima sin que esta sea capaz de reaccionar. Cuando Kris vuelve en sí, su vida ha sido totalmente destruida. Intentando todavía recapitular qué pasó durante el tiempo que estuvo inconsciente, conoce a Jeff, un hombre con quien conecta a todos los niveles y pronto se refugiarán el uno al otro para salir adelante.
Carruth asegura que su película trata sobre «cómo nos sentimos cuando estamos siendo afectados por cosas lejanas que no podemos entender». La sensación de desamparo de la protagonista ante los eventos que suceden al principio de la película acompaña al espectador hasta el final en un drama de imágenes y banda sonora evocadoras. «La película trata de comunicar muchas cosas de forma distinta a la verbal. Tiene mucha más importancia el sonido, la música, la fotografía e incluso el tacto de la fotografía».
Upstream Color
Dirección: Shane Carruth
Guion: Shane Carruth
Intérpretes: Amy Seimetz, Shane Carruth, Casey Gooden, Ben LeClair
Fotografía: Shane Carruth
Música: Shane Carruth
Estados Unidos / 2013 / 96 minutos