Comedia entrañable sobre dos realidades que chocan: la de un veterano veterinario que lucha por salvar su labor y clientela frente a la de una brillante joven licenciada que no había planeado volver a su pequeño pueblo natal para volcarse en el cuidado de los animales.
Dirigido y escrito por Manoukian, protagonizan este largometraje, que ha cosechado un enorme éxito en Francia, Noémie Schmidt, como la recién llegada, y Clovis Cornillac, en el papel de asentado profesional del lugar.
En el corazón de la Borgoña, Nico, el último veterinario de una poco poblada zona, lucha por salvar a sus pacientes, a su clínica y a su familia. Cuando Michel, su compañero y mentor anuncia su retiro, Nico sabe que la peor parte está por llegar. «No te preocupes, he encontrado a la siguiente generación», le dice para tranquilizarle el profesional que se retira. Pero no le explica que la siguiente generación está representada por Alexandra, una recién graduada brillante y misántropa, que accede temporalmente a la llamada, pero que no tiene ninguna intención de enterrarse en el pueblo de su infancia. La incógnita está servida pues inevitable surge la duda y la interrogante: ¿Conseguirá Nico que se quede?
Sin aspavientos
Con buen tino y tono, Una veterinaria en la Borgoña se suma al vagón de las recientes películas que tienen el medio rural como objetivo y trampolín de reflexión sobre su futuro en una Europa marcadamente urbanita.
“La idea de esta película -explica su directora- me la sugirió el productor Yves Marmion. Habíamos trabajado juntos en un proyecto que no había tenido éxito pero que había creado un vínculo entre nosotros. Hace unos tres años después de esa colaboración fallida, Yves me llamó para decirme que estaba buscando a alguien para contar una historia sobre los veterinarios rurales. Es una profesión, me dijo, que interesa a todas esas personas cada vez más numerosas preocupadas por el bienestar animal. Estoy seguro de que se puede contar una gran historia. Y añadió que si yo conseguía escribirla, me confiaría la dirección de la película. Me quedé sin palabras: ¡desde niña, mi sueño había sido dirigir una película! Mi puerta de entrada a ese mundo que no conocía eran los sanitarios. Durante años había estado siguiendo a médicos-autores como Martin Winckler, Baptiste Beaulieu o Jaddo, de los que admiraba la pasión, la humanidad y el humor. Cuando empecé a investigar sobre los veterinarios en zonas rurales,descubrí sus difíciles condiciones de trabajo, la presión creciente, y encontré el humor, la pasión y el heroísmo discreto que caracteriza a esta profesión tan sacrificada. Porque son personas que entregan su vida al servicio de los demás. Trabajan en condiciones difíciles, con horarios enloquecidos, y reciben salarios que no se corresponden con su enorme esfuerzo”.
Para corporeizar a esos veterinarios de cine, Manoukian se ha servido del experimentado actor Clovis Cornillac: “Me interesó el papel desde el primer momento. La reproducción mimética de uno u otro gesto no es lo que otorga credibilidad a un personaje, sino su actitud general. En este caso se trata de cómo un veterinario se relaciona con los animales, cómo les habla. Esto es lo que, a mi manera, he intentado reproducir. Capturar la esencia de las cosas y hacerla, por así decirlo, palpable, es lo que da realismo a un papel, lo que le otorga veracidad”.
Y de la joven actriz Noémie Schmidt, que habla de una película “sincera, sensible, luminosa y conmovedora. Te hace descubrir una profesión que no se conoce bien y lo hace sin aspavientos, con sencillez, veracidad y sinceridad”.
Cierto. Comedia amable, sin olvidar una crítica reflexión sobre un mundo y una profesión más olvidadas de lo razonable, Una veterinaria en la Borgoña sirve de toque de atención y convierte a los veterinarios en gente de cine. Lo merecen.
Una veterinaria en la Borgoña
Dirección y guion: Julie Manoukian
Intérpretes: Noémie Schmidt, Clovis Cornillac, Carole Frank, Matthieu Sampeur, Juliane Lepoureau, Lilou Fogli, Christian Sinniger, Michel Jonasz
Fotografía: Thierry Pouget
Música: Matei Bratescot
Montaje: Marie Silvi
Francia / 2019 / 92 minutos
Distribuidora: Caramel