“Perdona por haberme matado”, dice él. “Deberías haber tenido bastante con haberme jodido la vida una vez”, le echa en cara ella, Lupe, que encerrada en casa, en bata y zapatillas, nadie diría que en los 80 fue una estrella del rock.
Aparcados quedaron los conciertos, la fama y los éxitos. La agorafobia no le permite salir a la calle. Depende totalmente de Paquita, su madre, una mexicana supersticiosa y con gran corazón, que no sólo se ocupa de su hija sino también de su nieto adolescente. El problema es que, enferma, a Paquita (¡qué actriz, Angélica Aragón!) se le acaba el tiempo y no quiere dejar todo esto sin haber recuperado a su hija.
Lo sobrenatural
Todo en la existencia de Lupe se rompió trágicamente por un accidente. Pero, paradójicamente, ese personaje muerto en el ayer y convertido ahora en un fantasma, logrará devolverla a la vida.
Muy buena dirección de actores, –junto a una magnética Elena Anaya interviene Macarena García, ganadora del Goya a la actriz revelación por su papel en Blancanieves–, y un complicado guion que a ratos, sólo a ratos, se desmiga para resetearse y cobrar fuerza de nuevo.
Turbios amores y desamores. Pasión entre hermanos. Parapsicológicas relaciones… Temas en los que no es difícil, cámara en mano, perder el equilibrio.
“Es triste despedirse, pero es peor marcharse sin decir adiós”. Ese podría ser el corolario de este debut cinematográfico que, soslayando algún vaivén, aporta razones más que suficientes para ser recomendado.
Beatriz Sanchis es una cineasta de la que cabe esperar cine de altura. En esta ocasión, y enfrentándose a un ámbito tan resbaladizo como el que pone el objetivo en lo sobrenatural, logra un atrevido y muy digno producto.
Todos están muertos
Dirección y guion: Beatriz Sanchis
Intérpretes: Elena Anaya, Angélica Aragón, Nahuel Pérez Biscayart, Macarena García, Cristian Bernal, Patrick Criado, David Moreno y Eduardo Molina
Fotografía: Álvaro Gutiérrez
Música: Akrobats
Productora: Avalon P.C.
Distribuidora: Avalon
Alemania. España. México / 2013 / 90 minutos