Vida y muerte en torno al alcohol

Multipremiada allí donde se exhibe, Otra ronda, nominada a los Oscars a mejor película internacional y a mejor dirección, logró el Premio César a Mejor Película Extranjera y ganó por unanimidad cuatro Premios Europeos Efa. Además, sus cuatro excelentes protagonistas, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang, Mads Mikkelsen y Lars Ranthe, lograron ex aequo la Concha de Plata a mejor actor en el pasado festival de San Sebastián.

El 4 de mayo de 2019, a sólo cuatro días de iniciarse el rodaje de Otra ronda, un conductor perdió el control de su vehículo en la autopista que enlaza Bruselas y París. Chocó frontalmente contra otro coche en el que viajaban la exmujer y la hija de Thomas Vinterberg. Ida, su hija de 19 años, falleció en el acto. Esta joven tenía papel en la película e incluso el centro en el que estudiaba era el lugar elegido para rodar varias escenas.

“Me planteé muy seriamente si tenía sentido seguir”, comenta el propio realizador. “Pero decidimos ir adelante pues ella era parte del proyecto, hasta había dados sus puntos de vista sobre determinadas partes del guion. Pese al dolor rodamos y de hecho lo hicimos en la clase de mi hija como un homenaje a su memoria”.

Polémico experimento

Existe la teoría de que deberíamos nacer con una pequeña cantidad de alcohol en nuestra sangre, y que una ligera embriaguez abre nuestras mentes al mundo que nos rodea, disminuyendo nuestros problemas y aumentando nuestra creatividad.

Animados por esa teoría del psicólogo noruego Finn Skårderud, que sostiene que el hombre nace con un déficit de alcohol en sangre de 0,5%, la película nos acerca a cuatro profesores de instituto que, aburridos de sus vidas personales y profesionales, se embarcan en un experimento para mantener un nivel constante de intoxicación etílica a lo largo de su jornada laboral. Lo que empieza como una especie de fiesta, la búsqueda de una alegría perdida, la huida de la monotonía y la rutina, se enmaraña cuando un sinfín de rondas lleva a una inevitable pérdida del propio control.

Es el propio realizador quien comenta: “En esta historia conocemos a cuatro hombres buenos que se encuentran en un mundo aburrido y mediocre, encerrados en la monotonía y atrincherados en estándares y hábitos. Al mismo tiempo, la muerte se acerca. Han superado la mitad de su esperanza de vida. La libertad de la juventud, los caprichos y la ligereza se han convertido poco a poco en recuerdos lejanos. Lo redescubren todo y mucho más participando en un experimento que implica una ingesta sistemática de alcohol”.

Y desde una inteligente capacidad de provocación, Thomas Vintenberg, cofundador con Lars Von Trier del mítico grupo Dogma, prosigue: “Winston Churchill, quien ayudó a derrotar a los alemanes y ganar la Segunda Guerra Mundial mientras se encontraba bajo la influencia excesiva y constante del alcohol decía: ‘Nunca bebo antes del desayuno’. Otros grandes pensadores, artistas y escritores, como Tchaikovsky y Hemmingway, han hallado valor e inspiración de esa forma. Después de los primeros tragos, todos conocemos la sensación de que la conversación se alarga, la habitación se agranda y los problemas se hacen más pequeños. Con esta película queremos examinar y elogiar la capacidad del alcohol para liberar a las personas. Queremos rendir homenaje al alcohol, pero sobra decir que también queremos mostrar matices. Insertado en nuestro examen de la esencia del alcohol se incluye el reconocimiento de que las personas mueren y son destruidas por su consumo excesivo. Una existencia con alcohol genera vida, pero también mata”.

Otra ronda adopta en muchos tramos un tono humorístico que a muchos resultará incluso escandaloso. “Muy anclada en el mundo real de hoy, la película pretende ser una historia poliédrica que a la vez provoque y entretenga, haga pensar, llorar y reír. Y, con suerte dejar algo para la cavilación y el debate entre un público que vive en un mundo que, cada vez en mayor grado, se rige por la retórica puritana hacia el exterior, pero tiene un consumo de alcohol bastante elevado incluso desde una edad relativamente joven. Otra ronda, es un canto a la vida. Como un reclamo de la sabiduría irracional que desecha todo sentido común… a menudo con consecuencias mortales”.

Y, como queda dicho, sin ánimo de aleccionar también trata de cómo sentirse vivo y de las múltiples formas que cada persona esconde y ejerce para alcanzar ese noble objetivo.