Muy bien acogida este año en los festivales de Sundance y San Sebastián, la tercera película de Lloyd, que también ha dirigido teatro y ópera, vuelve a centrarse en el día a día de las mujeres, pero en esta ocasión con fondo y forma muy diferente a sus anteriores entregas cinematográficas, la comedia musical Mamma Mía y La dama de hierro, biopic sobre Margaret Thatcher con el que Meryl Streep consiguió el tercer Óscar de su carrera como actriz.

Decisión

Joven y decidida, a primera vista parece que la vida de Sandra (Clare Dunne da notable versatilidad al personaje central de una historia de la que también es guionista) discurre por los parámetros de quien vuelca sus esfuerzos en dotar a sus dos pequeñas hijas de un hogar tranquilo y seguro. Pero las imágenes pronto muestran que la realidad es otra y que esta joven madre es víctima de maltrato a manos de un marido posesivo y violento del que intenta vivir separada.

Dispuesta a que las cosas cambien y que las vidas de las tres mejore y ante la evidencia de que las instituciones “oficiales” no le van a resolver el problema tomará una valiente decisión.  

Su situación económica es más que difícil, pero su ingenio es mucho de cara a hacer realidad su ambicioso proyecto. Un plan que pasa por la colaboración incondicional de personas de su entorno. Gracias a la generosidad de esa gente y a su fe en sí misma, Sandra se atreve a empujar la puerta y, pese a todas las dificultadas, asomarse a otra vida en la que poder respirar.

Teatro y cárcel

Como explica la propia directora, Volver a empezar tiene su origen en el teatro y la cárcel pues tanto ella como las actrices Clare Dunne y Harriet Walter, que también tiene papel en la cinta como una de las amigas que ayuda a Sandra, forman parte de una compañía de teatro especializada en obras de Shakespeare. Esa compañía actúa con regularidad en cárceles para mujeres: “Allí pudimos comprobar que muchas de las reclusas habían sufrido abusos físicos y psíquicos por parte de padres, maridos, conocidos, etc. Algunas cumplían condena porque habían respondido y matado a las personas que las sometían a maltrato. Por otra parte, una amiga de Dublín víctima de violencia se vio en la calle con sus pequeños y el ayuntamiento no fue capaz de encontrarle una casa. Tuvo que vivir durante mucho tiempo como pudo en un hotel”.

Lloyd, que utiliza el humor, no juzga y huye de la sensiblería en cada imagen, destaca el valor de muchas maltratadas, -“hay que tenerlo tanto para quedarse como para irse porque cada situación arrastra un drama”-. Y deja un recado final: “Hemos querido mostrar la falta de apoyo social de estas afectadas y evidenciar que hay tribunales y jueces que obligan a los niños a visitar regularmente a sus padres maltratadores”.

A raíz de esas evidencias, Clare Dunne escribió el guion de una película que entre el desencanto y la esperanza defiende que incluso de las situaciones más complejas se puede salir y, en definitiva: volver a empezar.

Volver a empezar (Herself)

Dirección: Phyllida Lloyd

Guion: Clare Dunne y Malcom Campbell

Intérpretes: Clare Dunne, Harriet Walter, Conleth Hill, Cathy Belton, Ericka Roe, Rebecca O´Mara

Fotografía : Tom Comerford

Música: Natalie Holt

Irlanda / 2020 / 97 minutos

Caramel Films