Wonder Wheel cuenta la historia de cuatro personajes cuyas vidas se entrelazan en el ajetreo de la animación del parque de atracciones de Coney Island en los años 50. Allí, en esa península al sur de Brooklyn, en ese parque de diversión que tuvo su apogeo a mediados el siglo XX, en ese marco encuadrado por la poética fotografía del camarógrafo Vittorio Storaro, -que ya trabajó con Allen en Cafe Society-, se mueve Ginny (Kate Winslet).
Ella es una antigua actriz emocionalmente inestable que ahora trabaja como camarera en un restaurante de pescado y marisco. También está Humpty (Jim Belushi), el áspero marido de Ginny, operador del tiovivo al pie del que la pareja vive. Y Mickey (Justin Timberlake), un joven y guapo socorrista de playa que sueña con llegar a ser dramaturgo, y Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty, que se fue de casa muy joven para casarse con un matón de medio pelo y que ahora, a pesar de que no se habían visto ni hablado durante años, regresa a la casa paterna para librarse de las garras del despechado marido.
Con esos personajes, Allen traza un relato de nostalgia y pasión en el que también juegan la violencia, la traición y un profundo desencanto. Porque… y ahí va el lío: tras recuperarse de la conmoción emocional causada por un divorcio anterior, Ginny encuentra consuelo casándose con su compañero del alma Humpty, una persona destrozada tras la muerte de su esposa y la pérdida de su hija Carolina que, como ya queda dicho, huyó para malcasarse.
Humpty tiene problemas con la bebida y consigue a duras penas mantener su empleo, pero sí que le proporciona a Ginny, y a su problemático hijo Richie (Jack Gore), un adolescente pirómano, una hogar, aunque sea una pequeña vivienda inmersa en el ruido de la animación de la famosa noria del parque.
Aunque Ginny encuentra un nivel de estabilidad con Humpty, se siente desconsolada por tener que abandonar su sueño y trabajar como camarera, por su matrimonio con un hombre más interesado en la pesca que en cualquier otra cosa, y por su incapacidad para ayudar a Richie, el pequeño que lidia como puede con sus propios problemas emocionales.
Los sucesos
Tras el final de su matrimonio con un gangster, Carolina es interrogada por el FBI y puesto que sabe demasiado, para su exmarido es imperativo deshacerse de ella. Asustada y en fuga, Carolina busca a su padre. Él piensa que no la buscarán allí, puesto que hace años que no se hablan, y decide acogerla.
Cuando Mickey ve a Ginny caminando de manera abandonada y sola una noche en la playa, se acerca a ella, y pronto surge un romance. Para Mickey, una relación con una mujer con un matrimonio desastroso mejora la imagen romántica que tiene de sí mismo, pero no piensa a largo plazo; Ginny, por otra parte, empieza a ver a Mickey como una tabla de salvación con el potencial para salvarla para siempre de todos los errores y las decepciones de su vida anterior.
Hasta ahí podemos y debemos contar, porque el resto es el núcleo de un guión muy trabajado en el que las secuencias se mezclan para ensamblar un magnífico puzle.
Como tantas otras películas de Allen, Wonder Wheel es una historia en la que intervienen el amor y la traición. Como el propio director argumenta: “Si leemos teatro griego, a Stendhal, a Tolstoy o a Dickens, vemos que las relaciones de amor siempre están presentes, porque son las que causan a tanta gente mucha angustia y conflictos. Conducen a situaciones y sentimientos complejos, profundos, intensos y dramáticos. En especial, siempre me han atraído los problemas que tienen las mujeres. Durante siglos, los hombres han tendido a ser menos abiertos sobre su sufrimiento. El código masculino no permite mostrar el sufrimiento. En cambio, las mujeres siempre han sido más abiertas sobre sus emociones. He hecho sobre todo comedias, pero siempre que he tenido entre manos una historia dramática, casi siempre -no siempre, pero casi- ha sido sobre mujeres en situaciones críticas”.
Papeles femeninos
Allen escribe conscientemente sus espléndidos papeles femeninos, como el de Ginny en Wonder Wheel, con la idea de plantear desafíos que sólo las actrices de mayor talento puedan asumir. “Intento dar papeles a actrices que tienen una gama y una profundidad enormes. Quiero intentar darles la oportunidad de poder desplegar su gran capacidad y Kate Winslet es una actriz portentosa”.
La luz y la ambientación son claves en la película y Vittorio Storaro, el camarógrafo que ha trabajado en varias ocasiones con Carlos Saura, ha confesado que encontró inspiración en los cuadros de Coney Island del fotógrafo Reginald Marsh y del pintor Norman Rockwell.
Y qué decir de las interpretaciones: Kate Winslet vuelve a sobrecogernos con una actuación de una profundidad portentosa, muy alejada de cualquier tipo de histrionismo. Jim Belushi, también espléndido, le da una réplica que fluctúa entre la ternura y la brusquedad que alberga su personaje, y el músico y actor Justin Timberlake y la joven June Temple no desmerecen en sus respectivos papeles.
En fin… la cita anual de Woody Allen tiene en Wonder Wheel razones de peso que permiten afirmar que estamos ante una de las películas grandes, realmente grandes, del maestro.
Wonder Wheel (La noria de Coney Island)
Dirección y guion: Woody Allen
Intérpretes: Kate Winslet, Jim Belushi, Juno Temple, Justin Timberlake y Richie Jack Gore
Fotografía: Vittorio Storaro
EE.UU. / 2017 / 101 minutos