Puerto Rico es, políticamente, el enlace de Estados Unidos con Latinoamérica. Es lógico que también sea, musicalmente, un caldo de cultivo para la mezcla de música negra con música caribeña.

En los años 90 se desarrolló en la isla el reguetón, fruto de las relaciones poliamorosas entre rap y reggae. Los 2010s despiden su último verano con «Callaíta» (2019) y sitúan a Puerto Rico como referente global y a Benito Antonio Martínez Casio, aka Bad Bunny, como la estrella de trap latino que el mainstream necesitaba. Pero no son los cientos de millones de reproducciones lo que hay que valorar, sino los ritmos y sintes que pone Tainy y por supuesto el flow melódico que nos regala Bad Bunny.

Define la década porque la música urbana y las raíces latinas han sido una de las parejas más seductoras y glamurosas de los últimos años y «Callaíta» es la nueva ola en las playas caribeñas. Ideal para perrear a fuego lento.