El desarrollo de la música electrónica está íntimamente ligado al avance tecnológico; primero fueron las cajas de ritmo programables y los samplers en los 70 y 80, y posteriormente las DAW (Digital Audio Workstation) que expandieron las posibilidades hacia el infinito.

TJ Hertz, alias Objekt, estudió ingeniería electrónica y de la información en Oxford y estuvo años trabajando para Native Instruments desarrollando software de instrumentos digitales. Es ese absoluto conocimiento del lenguaje binario y de la electrónica (entendida como género musical y también como física aplicada) lo que le ha permitido diseñar temas como «Ratchet», un virtuoso alarde tecnológico perteneciente a su debut de largo con «Fatland» (2014). Su carrera, como este tema, oscila entre la sesuda electrónica experimental y la hedonista cultura de club.

Define la década porque ejemplifica el triunfo en estos años de la ingeniería de sonido, de la alta definición digital. Es, además, no solamente una exhibición técnica sino que es innovación aplicada al arte. En «Ratchet» escuchamos los engranajes de la maquinaria de baile y ratificamos que del idioma techno siguen surgiendo nuevos dialectos y nuevos profetas.