La música clásica contemporánea desde luego no ocupa un lugar central en la cultura popular. Siempre ha caminado por rutas diferentes, en muchos casos no accesibles al público general tanto por difusión como por lenguaje. Sin embargo ahora, con las nuevas plataformas, el camino se ha aclarado y cualquiera puede adentrarse en su frondoso mundo.

Laura Cannell es una artista británica cuyo cometido en estos últimos años ha sido tender puentes entre la música medieval y la improvisación contemporánea. Su búsqueda del folclore más oscuro se puede ver en esta «All the land ablaze» de su disco «Beneath swooping talons» (2015) cuyos títulos ya nos advierten de una naturaleza hostil, que se materializa también en la forma que tiene ella misma de interpretar con el violín, más cruda y descarnada de lo que estamos acostumbrados.

Define la década porque representa una vasta escena que, a pesar de no tener gran popularidad, aportan nuevas gramáticas a la música. Si en los 2010s inevitablemente se ha mirado mucho al pasado para afrontar el futuro, Laura Cannell explora de manera radical este concepto y mira lo más atrás posible para poder avanzar aún más adelante.