La música popular del s.XX no se entiende sin África. Fue esa unión del folclore europeo con las tradiciones del África occidental y central la que dio lugar al jazz, al blues y de ahí en adelante. Sin embargo, el continente es ninguneado política y económicamente, es una sociedad que vive en los márgenes.

KOKOKO! es un colectivo de Kinshasa, la capital del Congo; una ciudad que ha sufrido una brutal colonización, una dictadura y el conflicto bélico de mayor magnitud desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en esa ruina social y material se sigue necesitando música y baile. KOKOKO! por supuesto no cuentan con los medios del primer mundo, pero han reciclado objetos de la calle como bidones, viejos electrodomésticos o máquinas de escribir  y los han convertido en instrumentos musicales. Con la ayuda del músico francés Débruit su sonido se ha profesionalizado y han podido editar una serie de canciones como esta «Likolo» (2017).

Define la década porque revela que la música africana puede ser contemporánea y avanzada, que no está siempre anclada en las tradiciones. Es una muestra de cómo la música sobrevive a las adversidades y se abre camino en los parajes más hostiles.