Héloïse Letissier comenzó a tocar el piano con 4 años y a los 11 escribió su primer cuento. Sus compañeros en el instituto le pedían que les escribiese sus cartas de amor. Todo apuntaba a que ocurriera lo que sucedió, creó un proyecto llamado Christine & The Queens en el que escribía, componía y producía sus propias canciones y le bastó con su primer álbum, “Chaleur humaine” (2014), para conocer la fama. Es aquí donde podemos encontrar la joya “Christine”.

La canción es un poema sostenido en sintetizadores suaves y ritmos de juguete, una base electrónica que deja todo el espacio para una voz que lo llena todo. La sensación no puede ser más íntima y dulce (mención especial al rap susurrado) pero la impresión es que estás ante algo grande, percepción que se acentúa cuando ves el videoclip. 

Define la década porque representa el pop más sofisticado de los 2010s. Las canciones se han olvidado de los instrumentos reales, la electrónica te permite construir arpegios y ritmos de manera precisa. Precisamente por ser técnicamente tan fácil hacer una canción ahora, es el valor artístico es el que hace destacar a unas por encima de otras, y es ese “calor humano” que irradia Christine & The Queens con su voz que hace que todo reluzca y deslumbre.