La banda de Álex Turner y compañía eran absolutamente efervescentes en los años de su debut en 2006. Juventud entusiástica que lanzaba riffs hiperactivos, rock agitado y no mezclado. Fueron años de hype, de vender rápido y vivir deprisa. Parecía una burbuja que podría estallar a la primera de cambio, pero pudieron seguir la carrera, simplemente tenían que aminorar la marcha.

«AM» (2014) es su quinto álbum y su mayor éxito de ventas. El público no le ha dado la espalda porque tampoco ellos se la han dado. Su cantante definió el disco «como un ritmo de Dr. Dre, pero le hemos hecho un corte de pelo a lo Ike Turner y lo hemos enviado galopando por el desierto en una Stratocaster «, es decir, han introducido más música negra en sus composiciones. «Do I Wanna Know?», por ejemplo, es un downtempo electrificado y seductor; la canción con la que empezaban sus conciertos, una introducción a los adultos Arctic Monkeys.

Define la década porque en primer lugar es uno de los riffs de los 2010s. Un riff simple, espaciado, sensual. Un tono y tempo más maduros, un ejemplo de cómo bajando bpms no tienes por qué sonar más aburrido. La constatación de que aunque ya no estés en la cresta de la ola no tienes por qué estar fuera de onda.