«Cuando se trata de sexualidad o género, personalmente no me atribuyo una sola cosa ¡Por ​​eso los colores para LGBTQ + son un arcoíris! Porque hay un espectro y ahora intentamos mantenerlo en blanco y negro. Eso simplemente no funciona para mí » (TeenVogue 2019)

Con estas declaraciones, Lizzo dejaba claro que no hay géneros cerrados ni incompatibles. Con «Boys» (2018) dejaba claro que no hay géneros (musicales) cerrados ni incompatibles. Es un hit en el que el post-punk, el retro-funk, el rap y el pop fluyen y se relacionan de maravilla. La letra se centra en los chicos casi como objetos sexuales; una mujer liberada que no busca compromisos y muestra una seguridad aplastante a pesar de su talla grande, haciendo gala de su compromiso con el movimiento de positivismo corporal. 

Define la década porque «Boys» es uno de esos ejemplos de amalgama de géneros no forzados. La falta de prejuicios y complejos, sumado a su autoestima, es contagiosa y tremendamente carismática. Siguiendo la entrevista de TeenVogue: «Deberíamos amarnos a nosotros mismos primero. Deberíamos ver nuestros cuerpos como vehículos para el éxito, y no como un significante de quién eres» Amén y a bailar.