Los 2010s tuvieron un comienzo muy dreamy; nerds musicales ajenos al mainstream se encerraban en su habitación para crear atmósferas irreales, mundos paralelos que se creaban a base reverbs y capas superpuestas en post-producción. Pero, como muñecas rusas, siempre hay minorías dentro de las minorías, la alternativa de la alternativa.

Pure X es un grupo de Austin, Texas, que practicaba este pop-rock etéreo y ambiental, pero su modus operandi era radicalmente diferente a sus compañeros. Mientras los demás trabajaban laboriosamente la edición, Pure X grababa en directo, sin capas añadidas. Es el hábil uso del delay y la distorsión de la guitarra la que hace que «Twisted Mirror» flote.

Define la década porque Pure X son el resplandor en el ocaso de la guitarra eléctrica, la prueba de que aunque sea un instrumento cada vez más vetusto y grabado de manera arcaica el resultado puede sonar todavía fresco. Su disco «Pleasure» (2011) es rock ambiental orgánico, un paseo de guitarra, batería y bajo por el espacio, buscando nueva materia para construir los sueños.