El huevo o la gallina. El revival de los sintetizadores ochenteros o «Drive» (2011). La icónica película de Nicolas Winding Refn evocaba al Michael Mann de «Corrupción en Miami», una estética repudiada durante mucho tiempo por los guardianes del gusto, pero cuya reinterpretación/actualización en este film supuso el cambio de paradigma. 

La música fue un elemento esencial para dar ese halo retro. Winding Refn no tiró de canciones de los 80 para dar esa atmósfera, como podría hacer Scorsese o Tarantino, sino que contó con artistas actuales que tenían esa sensibilidad y gusto. Cliff Martínez, Chromatics, Kavinsky aportaron ambientes, pero quizás la canción más emblemática es «A Real Hero» de College & Electric Youth, dos grupos que en su nombre mismo ya están aludiendo a recuerdos de juventud y que con esta canción ponían banda sonora a la película romántica que había dentro del thriller mafioso. Una canción sencilla y evocadora, pop de sintetizador y voz con eco, el himno al personaje de Ryan Gosling, un ser humano real, héroe tranquilo y lacónico.

Define la década porque «Drive» tuvo un impacto más allá del cinematográfico; su cuidada coherencia estética que incluía también vestuario, tipografía, personajes, hizo que se pusiera aún más de moda lo ochentero. En lo musical hizo despegar la sensibilidad techno-pop y el sintetizador analógico, y fue un acierto contar con músicos contemporáneos  porque consiguieron darle al film un filtro nostálgico pero también moderno, cuyo concepto fue el que convirtió a «Drive» en una película de culto y pero también de éxito.