Es normal pensar que, prácticamente desde su incorporación a la música popular en los 70, la electrónica le está robando espacio a la música analógica. En los últimos años con mayor razón porque cada vez es más barato y rápido procesar cualquier tipo de sonido digital. Sin embargo, hay muchos que no piensan que le está quitando nada, sino que le está aportando todo.

Nicolás Jaar es un músico chileno-estadounidense que empezó a hacer música experimental a edad temprana, aunque sobrevivió durante años en la escena de baile underground de Nueva York. Con 21 años publicó su debut «Space is Only Noise» (2011) que le sitúo como una de las promesas más sólidas de la electrónica, con una personal mezcla de estilos bajo una excelente técnica de producción; ritmo lento y sonido tan pulcro como orgánico. Al año siguiente publicó el recopilatorio «Don’t break My Love» (2012) de su propio sello, Clown & Sunset,  en el que se encontraba «Never Have I Ever», una pieza espectral de influencias del medio oriente en donde lo ancestral y lo futurista van de la mano.  

Define la década porque Nicolás Jaar ha sido, sin duda, uno de los mayores talentos electrónicos de los 2010s. Ya sea en solitario, o con el dúo Darkside o bajo su pseudónimo Against All Logic, su mayor virtud ha sido expandir los límites que definen la electrónica y difuminar la barrera entre lo analógico y lo digital. Piezas como «Never Have I Ever» , compuesta junto a Will Epstein, muestran una convivencia perfecta de sonidos y melodías antiguas con las texturas más modernas. Música trascendental y espiritual del s.XXI.