El documental «Northern Disco Lights» (2016) cuenta como unos chavales de Tromsø, una ciudad al norte del país más nórdico, Noruega, desarrollaron la escena de baile de su país desde su aislamiento en el fin del mundo. Quizás fuese el paisaje glaciar de planeta desolado, o un aburrimiento que obligaba a mayores fantasías, pero la música dance que surgió de ahí tenía una variedad distintiva, se llamó space disco o cosmic house.

Desde entonces, en Noruega existe una gran tradición de músicos electrónicos, desde Royksopp, pasando por Lindstrøm, Prins Thomas y, por supuesto, Todd Terje. El bigotudo escandinavo ha demostrado su vasta cultura dance, que va desde el disco y todas sus variedades, al electro o el balearic beat. Un manejo del sintetizador y el ritmo que tocó techo con «Inspector Norse» (2012), que une la elegancia de un cóctel lounge con la electrónica gamberra y nerd.

Define la década porque de toda la oleada nu-disco y en particular de su vertiente Noruega, «Inspector Norse» puede ser su canción más emblemática. Un tema retro-futurista aparentemente simpático, que se vuelve cómico y luego cósmico; un llamamiento al baile que seduce con melodías afables y saltarinas, pero que termina enganchando con su personalidad arrolladora y envolvente.